Una falsa empresa cobraba entre 300 y 500 euros por contratos ficticios a trabajadores para que estos se beneficiaran de las prestaciones por desempleo tras finalizar la supuesta relación laboral.
Una falsa empresa cobraba entre 300 y 500 euros por contratos ficticios a trabajadores para que estos se beneficiaran de las prestaciones por desempleo tras finalizar la supuesta relación laboral.