No es el tipo de reconocimiento científico que quizás espere encontrar en esta tribuna de divulgación, pero créame si le digo que está bien traído, aunque no le negaré que en principio le pueda despistar algo, estas cosas pasan. De ahí que empecemos por donde se debe, por el principio, y este no es otro que su ubicación, la Plaza de Cuba en el arrabalero barrio de Los Remedios (41011), allá en su conjunción con el arranque de la calle Betis camino de la Plaza del Altozano. Para seguir a continuación con la fecha de su inauguración, recién cumplidos ya trece años, pues fue el 21 de junio de 2010, aprovechando el cambio de estación astronómica y coincidiendo con el solsticio de junio. Y finalizar con algunos datos entre artísticos, los menos como ya se imaginará dadas mis carencias, técnicos, más próximos a los intereses de esta sección y, claro está, científicos.

Algunas impresiones artísticas

Su instalación se llevó a cabo tras las obras de la aledaña calle Asunción y, en mi opinión, es una muestra más del escaso acierto estético a la hora de colocar nuevos monumentos en la ciudad, y no es que no sea acertada la idea de colocar fuentes en nuestras calles. Evidentemente por su necesidad, por lo que decoran y por lo que refrescan la idea es magnífica, pero, ¿nos merecemos una fuente así? No es que la vea fea, no, tampoco es eso, solo que me parece que está diseñada sin ningún criterio artístico, sin un concepto claro de lo que se quiere significar con ella y eso que elementos no le faltan para ello. El caso es que en Los Remedios tenemos un nuevo componente decorativo que aporta más bien poco al conjunto artístico de la ciudad, y no tendría por qué haber sido así. No voy a entrar en detalles artísticos-estéticos-decorativos del mismo, pero tal como lo veo se trata de una escultura dentro de un estanque que, a su vez, se puede convertir en una fuente.

Algunos datos técnicos

La citada fuente-escultura consta de un mástil de acero inoxidable de 4,50 m de altura, dentro de un estanque triangular de obra con revestimiento de piezas de granito y protegido por una sutil pantalla de acero inoxidable y cristal. Hasta aquí, normal. Dicho mástil -del que salen cuatro planchas de cobre, Cu(s), de distinto tamaño, que conforman una cascada cuando el agua sale de una tobera superior- está rematado por dos placas solares. Y aquí está la diferencia con otras fuentes, porque en realidad dicha fuente no es tan normal, ésta es una fuente solar. De ahí que se colocara en el parterre más soleado de Plaza de Cuba, el que linda con la calle Betis, y con los paneles solares orientados a la calle Asunción, el motivo ya se lo imagina: aprovechar el mayor número de horas de sol. Lo que no está nada mal, máxime cuando se trata de la primera y por ahora, creo, única fuente solar instalada en España. Sevilla, tuvo que ser.

Acerca de su funcionamiento

Al funcionar sólo con la energía del Sol, una de la que aquí estamos bien servidos, y no estar la bomba que impulsa el agua conectada a ningún enchufe de la red eléctrica, de ella algunos dirán que es ecológica, que ya es decir, pero bueno, sabido es que la ignorancia es osada. Lo que no dicen es que, como fuente, sólo funciona cuando la radiación solar tiene un valor mínimo y así en días nublados, cuando pasa por encima una nube, si le da la sombra o ya es de noche, sencillamente deja de funcionar. Entonces es sólo una escultura. Tampoco dicen que lo hace de forma continuada solo si la insolación directamente en los paneles, y que eso no implica que el flujo de agua sea homogéneo, ya que éste depende de la intensidad de dicha radiación. Unos paneles fotovoltaicos Kyocera de 135 Wp (vatio-pico), que convierten la radiación solar en la electricidad con la que se alimenta al sistema de bombeo del agua, provocando la cascada.

Algo de información científica

El fundamento científico de la fuente solar es relativamente reciente, de principios del pasado siglo XX, pertenece a un campo de la Física Moderna conocido como Mecánica Cuántica y está basado en el efecto fotoeléctrico (efe) explicado por Albert Einstein (1879-1951) y por el que se le otorgó el Premio Nobel de Física en 1921. Un hecho éste poco conocido, el del motivo de la concesión, ya que no son pocas las personas que piensan que el galardón le obtuvo por sus aportaciones al campo de la Relatividad. Un error muy extendido, aunque por otro lado natural y lógico, ya que se trata de la disciplina por la que el científico es más conocido. Pero la del motivo no es la única y casi desconocida peculiaridad del premio, existe otra de naturaleza temporal. Aunque se le otorgó en 1921, la condición era que no se le entregaría hasta diciembre de 1922, y resulta que Einstein no pudo ir a recogerlo hasta julio de 1923, después de su estancia en España, entre febrero y marzo de 1923. Por cierto, estamos en el centenario de esta visita y en el de su discurso de aceptación nobelera, motivos por los que me ha parecido oportuna la entrega de la fuente solar en este Año del Señor de 2023. Tras lo dicho Sevilla tiene, algo más que, un color especial.

Catedrático de Física y Química jubilado. Autor del blog 'Enroque de Ciencia' (carlosroquesanchez@gmail.com)