plato-racion-comida

Una vez que nos ponemos a dieta, otra de las preguntas que nos surgen es cómo debemos repartir las calorías a lo largo del día.

Seguro que muchos habéis escuchado eso de “desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo”, en esa afirmación se tiene en cuenta que se debe comer más en las horas en las que la actividad física es mayor y menos en las horas del día en la que somos más sedentarios. Pero esto no es del todo cierto, no siempre se cumple, ya que muchos de nosotros no tenemos una buena actividad física las primeras horas del día, y a veces, ni siquiera en otras horas.

Hay tres consejos que serían mejor que desayunar como un rey o cenar como un mendigo, y serían: «consume alimentos no procesados o poco procesados, reduce el tamaño de las raciones consumidas y prioriza alimentos de origen vegetal».

Realizar varias ingestas saludables a lo largo del día estaría más relacionado con un estilo de vida más sano y activo que comer tres veces, sobre todo si estos alimentos consumidos en estas tres comidas fueran muy calóricos, ya que es complicado realizar ejercicio después de comer una hamburguesa con patatas fritas y un helado de postre. Así que se podría afirmar que comer varias veces ingiriendo poca cantidad de alimentos evita el sedentarismo.

Diversos estudios demuestran que quienes pasan muchas horas sin comer, en el momento de sentarse en la mesa, no se van a conformar con una ensalada, por muy completa que sea esta, más bien se decantarán por alimentos muy calóricos y altos en contenidos grasos. Por tanto, dividir las calorías ingeridas en varias tomas a lo largo del día tiene mucho sentido, no llegaremos a la hora de comer con ganas de comernos todo lo que se nos ponga por delante o seamos capaz de encontrar en la despensa.

Bien es cierto que muchas personas, a la hora de ponerse a dieta, tienen la insana costumbre de reducir al máximo el número de calorías, y aumentan demasiado las horas de ayuno, eso les trae consecuencias nefastas para la salud. Según diversos investigadores, esta conducta se asocia a una activación de los mecanismos que almacenan grasa.

Existen estudios que afirman que todo esto puede elevar los niveles de azúcar y colesterol en sangre. Además, la reducción tan drástica de calorías, puede potenciar el “efecto yo-yó”, del que hemos hablado en otras ocasiones. Lo aconsejable es disminuir entre unas 500-600 kilocalorías la ingesta habitual de la persona que realiza la dieta. Todo ello se puede conseguir:

– Reduciendo el consumo habitual de alcohol.

– Disminuyendo el consumo de alimentos ricos en grasas trans o saturadas : carne, procesados de carne, leche entera, quesos y otros productos de origen animal.

– Reduciendo los azúcares.

Con todo lo explicado, podríamos concluir diciendo que lo importante es repartir las calorías del día en varias comidas de pequeñas porciones y gran valor nutricional. Por tanto, ni picotear engorda, ni desayunar “fuerte” nos ayuda a adelgazar, sólo se debe tener en cuenta que los alimentos elegidos  deben ser saludable.

De padre sevillano y madre granaína, sevillana a fin de cuentas y trianera por adopción. Es técnico superior de Dietética y Nutrición. Como le gusta predicar con el ejemplo, mantiene una alimentación...