Cuando nos surge una duda que queremos resolver al instante, normalmente acudimos a un buscador en línea para dar respuesta a dicha incógnita. Un adulto consigue discernir entre lo que le interesa o necesita y lo que es desechable. Sin embargo, los menores se encuentran más expuestos a grandes cantidades de contenido sin filtro que, en muchas ocasiones, es de violencia o de carácter sexual. YouTube, por ejemplo, cuenta con una herramienta de control parental que permite a los progenitores decidir sobre el contenido que ven sus hijos.

Sin embargo, padres y profesores de primaria han alertado recientemente sobre una brecha existente en la plataforma. Mediante una simple búsqueda con emoticonos, aparentemente inofensivos, YouTube muestra imágenes violentas o de sexualidad explícita al alcance de cualquier menor. El algoritmo, supuestamente diseñado para detectar y censurar dichas imágenes, lo pasa por alto.

Sevilla Actualidad, buscando pruebas para este artículo, dio con esta imagen nada más abrir el buscador de YouTube:

Violencia y sexualidad al alcance de los menores en YouTube

En el caso que comparte esta profesora de primaria, la alarma se encendió cuando las familias detectaron en los juegos de sus hijos comportamientos y lenguaje violentos. Tras presionar a los menores para que contaran de dónde provenían esos ejemplos, descubrieron que los tenían al alcance de un click en YouTube. Tan solo con poner dos emoticonos en la barra de búsqueda tenían acceso a portadas de vídeos de carácter sexual o violento.

«Solo las imágenes fijas de los vídeos ya son tremendas. Si los abres, me decían, no se ve nada explícito, pero aparecen expresiones, imágenes y términos que normalizan actitudes y prácticas violentas, sobre todo para menores que están construyendo su idea del mundo», cuenta esta profesora.

¿Por qué YouTube no censura este contenido?

La explicación de esta maestra de primaria al asunto es que «la traducción que hace el algoritmo del emoticono no relaciona el término con contenido censurable. Ejemplo: el emoticono de un corazón se escribe <3. El concepto <3 no significa nada censurable, y por tanto, no se limita».

«De esta forma, es inviable controlarlo. Por otro lado, si una familia mira el historial de búsquedas de su hijo en Youtube y ve que ha buscado un corazón, se relaja y hasta se enternece», apunta.

Es por ello que lanza la advertencia de que mirar el historial, en ocasiones, no es suficiente, y que el control parental en las redes es muy necesario. «Nada es suficiente porque el mundo digital es inabarcable. Hablar sobre el contenido que consumen los menores con los menores y acompañarles como con cualquier aprendizaje es clave», enfatiza.

«Los niños y niñas no tienen culpa de lo que ven, son víctimas. No debemos subestimarles ni delegar en su hipotética identidad de «nativos digitales» la responsabilidad del consumo de contenido. No lo son. Estar alerta, escucharles y confrontar estos productos digitales es vital», concluye.

Periodista. Comunicando y aprendiendo de todo a mi alrededor. Involucrada en el periodismo social.