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Netflix se encuentra de capa caída y termina con la posibilidad de tener cuentas compartidas. La plataforma de streaming ha perdido la friolera de 200.000 usuarios este último trimestre y se estima que esa cifra ascienda hasta los dos millones para este verano. El efecto de ese anuncio ha sido un desplome de cerca del 25% del valor de sus acciones en bolsa.

Ante esta situación, la plataforma ha puesto en marcha dos planteamientos para enmendar el problema. El primero es lanzar un plan más barato pero que contenga publicidad dentro del streaming, el segundo es cobrar más a aquellos usuarios que pretendan compartir su cuenta.

Hasta ahora, Netflix ofrecía un plan «familiar» que permitía cuatro conexiones simultáneas al servicio, que daban mucho margen de maniobra para compartir la contraseña entre los usuarios que no necesariamente tenían que ser familiares ni residir en un mismo domicilio. Esto va a llegar a su fin con la implementación de las «sub-cuentas».

Esta medida ya se ha puesto en marcha de forma preliminar en países como Chile o Costa Rica, y permite añadir dos miembros más a la suscripción que pueden ser personas que no vivan en el mismo domicilio. El coste del servicio es de entre 2 y 3 dólares al mes para cada usuario extra, y ese coste se añade al del servicio normal.

Para asegurarse de que no hay cuentas compartidas de manera no oficial, Netflix basará su detección en las direcciones IPs, los identificadores de dispositivo y otros datos sobre los dispositivos que hacen uso de la cuenta de Netflix en el domicilio.

Estos sistemas se testearan a lo largo de 2022 y se espera que se terminen de implementar en 2023, por lo que aún hay margen para que los usuarios que quieran compartir sus cuentas lo hagan.