Detalle de la fachada principal de la Audiencia Provincial de Sevilla - Joaquin Corchero - Europa Press

Las autoridades de Países Bajos, merced a la orden nacional e internacional de búsqueda y captura emitida por la Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla, han detenido finalmente al varón de nacionalidad holandesa acusado de apuñalar presuntamente a un trabajador de un bar del casco histórico de Sevilla y causarle una «perforación y evisceración intestinal»; toda vez que dicha instancia había suspendido ya en dos ocasiones sendos señalamientos del juicio promovido sobre el caso, a cuenta de la incomparecencia del inculpado.

Pedro Sobrino Ballesteros, abogado defensor de este varón identificado como Lofti B. y socio del despacho Root Legal Lab, ha informado a Europa Press de que su patrocinado ha sido detenido este pasado lunes en Países Bajos y en estos momentos se encuentra en un centro de detención de dicho país, a la espera de que el juez competente decida sobre la orden de arresto cursada por al Sección Tercera de la Audiencia de Sevilla.

«Nuestra posición como defensa es firme, mantenemos que las dos ausencias del cliente a la hora de comparecer los días en los que fueron señaladas las vistas obedecen exclusivamente a problemas médicos y no ha pretendido nunca producir dilaciones indebidas en el procedimiento, pues desde la fase de instrucción ha mantenido su versión sin titubeos y quiere que su verdad sea escuchada», ha asegurado el letrado de la defensa.

«Ahora toca ser pacientes y esperar a la decisión del juez que le sea asignado en Países Bajos, a quien le corresponde atender la Orden Europea de Detención y Entrega que ha emitido la Sección Tercera de la Audiencia», ha agregado Pedro Sobrino, precisando que los plazos para su entrega a España para su procesamiento oscilan desde los diez días si acepta ser entregado, y un máximo de 60 días si no acepta.

«Estaremos vigilantes con la observancia y el cumplimiento estricto de las garantías procesales de nuestro representado, no dudaremos en interponer los recursos que hagan falta para dar cumplimiento a las mismas», ha concluido.

Según el escrito de acusación de la Fiscalía, recogido por Europa Press, los hechos se remontan al 7 de junio de 2019, cuando el acusado, identificado como Lofti B., se encontraba en el bar La Bicicletería de la calle Feria, local del que fue expulsado «por consumir sustancias extrañas», supuestamente.

Ya fuera del bar

El relato de la Fiscalía prosigue detallando que el encartado quedó fuera del bar seguido de un trabajador del mismo que intentaba «calmarlo» porque se encontraba «muy alterado», siendo cerrada la puerta del citado establecimiento.

Pero según el Ministerio Público, Lofti B. «se alteró más y comenzó a dar patadas a la puerta, sacando de entre sus ropas un machete» con el que presuntamente «dio una puñalada» en el abdomen al empleado del local que intentaba calmarle, provocando que la víctima de la agresión sufriese la evisceración de «parte de los intestinos».

Según el escrito de acusación, el inculpado habría asestado una segunda puñalada al agredido, esta vez a la altura de la ingle, huyendo del lugar de actos y arrojando el machete al ser alcanzado por varias personas que le persiguieron, a quienes finalmente habría intentado atacar con un palo, siempre supuestamente.

«Perforación intestinal»

Señalando la «perforación intestinal» sufrida por la víctima de la agresión, la Fiscalía califica los hechos como un homicidio en grado de tentativa, pues el agredido habría fallecido «de no haber mediado intervención médica.

Así, solicita seis años de prisión para Lofti B., así como siete años de prohibición de acercarse a la víctima de la agresión presuntamente perpetrada.

La defensa de Lofti B., de su lado, esgrime que el mismo, de 24 años a la fecha de los hechos, se encontraba por aquel entonces de vacaciones en una zona de acampada en Huelva y «como en todos sus viajes, llevaba su mochila ataviada de todos los elementos típicos para tal objeto, entre los que se encontraba el cuchillo» involucrado en los hechos, marco en el que «antes de retornar a su país, hizo noche en Sevilla», donde tras salir a dar un paseo nocturno junto a su entonces pareja, entraron a tomar algo en el bar La Bicicletería.

«Una vez allí, tomaron un par de cervezas, nunca consumieron sustancias estupefacientes y uno de los camareros, malinterpretando las palabras» de Lofti B., según su defensa, «creyendo que se refería a él cuando dijo en voz alta que ‘olía raro’, echó del bar» al acusado y a su pareja «de forma violenta y sin explicación alguna».

«Superado en número»

Fuera del local, según la defensa del encartado, el citado camarero y tres «amigos» suyos «increparon y agredieron» a Lofti B., causándole una lesión en la cabeza que necesitó «varios puntos de sutura». «Viéndose superado por la situación y en número, por el simple hecho de asustar, sacó de su mochila el cuchillo y preso del miedo irracional propició un corte en el estómago al camarero» y víctima de los hechos, según la defensa.

Así, la defensa alega que el inculpado actuó «preso del miedo y lesionó imprudentemente» al camarero «no de forma intencionada», además de que «es conocedor de la gravedad de las heridas y tiene intención de resarcir civilmente del daño ocasionado».

La defensa esgrime además que Lofti B. «no tiene antecedentes penales, se encontraba en un país extranjero, no llevaba el cuchillo para atacar a nadie, nunca quiso agredir a nadie ni mucho menos arrebatarle la vida», señalando que en la fase de instrucción «reconoció estos mismos hechos», por los cuales «se encuentra en tratamiento psicológico a consecuencia directa» de los mismos.