Dinero, siempre dinero, conseguirlo como sea, aún a costa de vender el alma al Diablo. Cuando te enteras del dinero que mueve la prostitución, parece una exageración, pero alguien me dijo que los millones que mueve este “trabajo del amor” es superior al de la droga, y siempre ha parecido que el tráfico de ésta era el “negocio” más lucrativo.

Cuando ves reportajes, oyes noticias de cómo vienen éstas, a veces, casi niñas, del este de Europa o de Latino América, engañadas y de qué manera explotadas, se te corta el cuerpo ante la repugnancia de estas mafias.

No siempre será así, habrá excepciones como en todo y alguna ha elegido el dinero fácil que proporciona esta clase de vida, dicen que la más antigua. Yo, modestamente, creo que anterior a ella comenzaría el pastoreo –pastores- y la agricultura –labradores – ya que no me parece lógico que la mujer prehistórica se lanzase a comerciar con su cuerpo cuando lo más sensato era comer, y por tanto cazar y comer las plantas que estuvieran en su entorno. No parece que lo primero en la vida fuese… conseguirte, engatusarte y ver cuánto me ofreces, que ya comeremos luego. Posiblemente hubo pronto mujeres que prefirieron, antes que arrear animales y arar la tierra, ofrecer su cuerpo por lo que fuere. No habría “comercio” en el sentido estricto de la palabra y por tanto no podríamos hablar de prostitución.

Así es que cuando hablan de profesión más antigua, no estoy de acuerdo. También sería cierto que ya en el “paleolítico” habría mujeres  “ligeras de cascos”, pero no hay constancia de aquellos hechos.

Cuando se habla de este tema, pegajoso, no se habla del “pagador”, que como en todo comercio hay. Si este personaje dejase de existir, el comercio desaparecería y la profesión por tanto.

Cuántos casos escabrosos han existido de “perseguidores” de la prostitución y eran asiduos de prostíbulos.

En fin, recuerdo aquellos versos de un clásico y que repartía responsabilidades. La que peca por la paga o el que paga por pecar. Si hubiera una conciencia clara de que somos débiles, pero el “deleite” de la Creación… y Dios nos puso como colofón a todo lo que había creado… y vio que era bueno.

Podíamos intentar no defraudarle en esto y en tantas cuestiones más, continuamente.

Alfredo Hernández Sacristán

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...