El techo de Juan de Arguijo recientemente añadido al Museo de Bellas Artes de Sevilla
El techo de Juan de Arguijo recientemente añadido al Museo de Bellas Artes de Sevilla

El Museo de Bellas Artes de Sevilla exhibe desde hoy en la Sala X de la pinacoteca hispalense, junto a obras de maestros como Zurbarán, Martínez Montañés y Juan de Mesa, el techo de Juan de Arguijo, compuesto por veintiuna pinturas sobre lienzo, y atribuidas hasta el momento a Alonso Vázquez.

Este conjunto pictórico, restaurado por el Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico (IAPH), podrá contemplarse de forma permanente en su disposición definitiva, suspendido en el techo, tras un delicado y estudiado proceso de instalación.

Para su exhibición en la Sala X del Museo de Bellas Artes hispalense, el techo de Arguijo, que se expuso de forma temporal en la Sala V de la pinacoteca hispalense con motivo de la exposición «El Arte del Renacimiento en Sevilla», se ha adaptado dimensionalmente la estructura que los sustenta, acorde a la geometría de la sala.

La incorporación de esta obra a la colección permanente del Museo de Bellas Artes, explica la directora de la pinacoteca hispalense, Valme Muñoz, supone una importante novedad, tanto por su temática como por sus dimensiones (nueve por seis metros), así como por su particular localización que reproduce su colocación original.

En su ubicación permanente en la Sala X, este conjunto de pinturas podrá contemplarse junto a las esculturas de «La Virgen de las Cuevas», «San Juan Bautista» y «San Ramón Nonato», de Juan de Mesa y las tallas de «Las cuatro virtudes cardinales» atribuidas al mismo autor, así como las pinturas de «San Luis Beltrán», la del «Beato Enrique Susón», la de «San Ambrosio», «La Virgen del Rosario» y «San Gregorio Magno», de Zurbarán. 

En el espacio contiguo, le acompañarán bajo la armadura mudéjar que perteneció a la casa-palacio sevillana de los Tavera, «La Virgen de las Cuevas’, el «San Hugo en el refectorio», la «Visita de san Bruno a Urbano II», y el «Cristo Crucificado», todas ellas de Francisco de Zurbarán, y las esculturas de «Santo Domingo de Guzmán» y «San Bruno», de Juan Martínez Montañés.