Más de un siglo de historia de Los Palacios y Villafranca descansa en la planta baja del consistorio palaciego, como un árbol vivo que brota cada primavera pero que es incapaz de regenerar sus ramas mutiladas.
Más de un siglo de historia de Los Palacios y Villafranca descansa en la planta baja del consistorio palaciego, como un árbol vivo que brota cada primavera pero que es incapaz de regenerar sus ramas mutiladas.