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El Ayuntamiento de Sevilla, a través del área de Parques y Jardines, continúa con los trabajos de recuperación y mantenimiento del emblemático ficus de San Jacinto, aplicando actualmente micorriza, un producto compuesto por microorganismos simbióticos que favorece el sistema radicular.
La concejala de Parques y Jardines, Evelia Rincón, ha explicado que «con esta medida, entre otras, se pretende estimular el crecimiento y la recuperación de un ejemplar que padeció importantes daños en su capacidad de nutrición y su capa foliar por el intento de apeo en 2022», en alusión a la tala acometida en el verano de ese año por la orden responsable del templo con autorización del Consistorio durante el anterior mandato, esgrimiendo para ello los riesgos asociados a sus caídas de ramas y la supuesta afección del ejemplar a la estructura arquitectónica de la parroquia.
La importancia de la micorriza
Del mismo modo, Rincón ha explicado que «la aplicación de micorriza es una de las medidas que se están adoptando para intentar recuperar el tejido vivo de este ficus que se perdió con el intento de tala de 2022». En este sentido, la edil ha señalado que «recientemente, se ha realizado la ampliación del parterre para desbloquear las raíces, para mejorar su funcionamiento y permitir la correcta hidratación y nutrición del ejemplar».
Rincón ha recordado que «se ha aplicado un tratamiento mediante endoterapia para promover la recuperación de la estructura aérea del ejemplar y se ha implementado y mantenido una capa de mulch para retener la humedad»; además de la administración de un nuevo suelo con mezcla franco arenosa con materia orgánica y el riego periódico.
En este plan de recuperación del Ficus de San Jacinto, Rincón ha destacado que «se ha realizado una limpieza del área de protección y un análisis del suelo y foliar debido a la clorosis y defoliación. También se han ejecutado catas exteriores en el alcorque y no se ha detectado una afectación del árbol por factores externos».
Posteriormente, el Ayuntamiento y la orden responsable de la parroquia alcanzaron un acuerdo para el Consistorio asumiese el cuidado y conservación del emblemático árbol, recibiendo en paralelo la posesión de los aledaños de la iglesia, una zona privativa de uso público, para su plena recuperación como espacio ciudadano.