El jefe de la Unidad de Alergia del Área Hospitalaria de Valme de Sevilla, José Carlos Orta

La Unidad de Alergia del Área Hospitalaria de Valme ha identificado la irrupción precoz y pronunciada del polen de ciprés. La escasez de lluvia y las elevadas temperaturas han provocado cambios en la frecuencia e intensidad del registro de los principales tipos de polen en el sur de la provincia.

En el Área Sur de la provincia de Sevilla, aproximadamente el 20% de la población sufre de polinosis. Cada año, la Unidad de Alergología del Hospital El Tomillar atiende a alrededor de 5000 pacientes afectados por alergias al polen. Desde la Unidad de Alergia del Área Hospitalaria de Valme, los expertos han observado una irrupción del polen de ciprés más temprana y marcada en esta temporada, atribuible a las condiciones climáticas.

A diferencia de su floración habitual en enero, el polen de ciprés ha estado presente desde el pasado mes de diciembre en el área sur de la provincia. Además, a diferencia de las cifras clínicamente relevantes que suelen registrarse a partir de febrero (más de 150 granos de polen por metro cúbico de aire), ya se han acumulado cifras notables en enero, según datos proporcionados por la Junta.

José Carlos Orta, el jefe de esta unidad clínica, analiza diariamente los datos recopilados por la estación de captura de polen, instalada en el Hospital El Tomillar durante más de diez años. Este seguimiento continuo permite monitorear las concentraciones de polen en el aire y es crucial para confirmar o identificar los diversos tipos polínicos que causan alergias en la población.

Esta práctica clínica contribuye a anticipar la calidad biológica del aire en la región, optimizando así el tratamiento de los pacientes alérgicos. El captador recoge diariamente granos de polen y esporas de hongos presentes en la atmósfera, cuyas muestras se registran y leen en la consulta de Alergología.

El polen de ciprés pertenece al grupo de polínes más relevantes en la zona sur de la provincia, junto con los de olivo, gramíneas y chenopodiáceas. Según los datos de la estación de captura, se observa una tendencia al alza en la presencia de este tipo de polen en los últimos años, triplicándose en 2023 con respecto a 2022 y prolongando su incidencia en el tiempo.

La alergia al polen se manifiesta con síntomas que afectan a ojos, nariz y pulmones. Debido a la variabilidad climática, los especialistas señalan cambios en el comportamiento polínico en los últimos años, alterando fechas de aparición, intensidad y duración.

En este sentido, el experto destaca un mayor impacto en los pacientes, con una prolongación y mayor intensidad de los síntomas en algunos casos, especialmente cuando coexisten más de una alergia, como la del ciprés y la del olivo. Ante esto, se recomienda extremar las medidas de evitación y seguir rigurosamente el tratamiento prescrito en cada caso.