Muestras de lapas tomadas en este estudio
Muestras de lapas tomadas en este estudio

Un estudio arqueológico liderado por miembros del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la Facultad de Geografía e Historia de la Universidad de Sevilla, publicado en la revista Quaternary Science Reviews, revela información que ayuda a la conservación de las lapas gigantes, incluidas en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, como especie en peligro de extinción.

La investigación es el resultado de la colaboración con una red de investigadores de las Universidades de Málaga y Autónoma de Madrid y del Instituto Andaluz de Ciencias de la Tierra (CSIC-Universidad de Granada) y profundiza en estas lapas gigantes, unas especies relativamente raras, que llegan a superar los diez centímetros de longitud.

Además de estar catalogada como especie protegida, está también incluida en la Directiva de Hábitats de la Unión Europea por ser de interés comunitario y ha sido el primer invertebrado y la primera especie marina para la que se ha elaborado una estrategia nacional de conservación.

Método y resultados del estudio de lapas gigantes

El análisis se ha basado en el estudio a una colección compuesta por 1203 ejemplares procedentes de 36 yacimientos arqueológicos del sur de Iberia, entre el Paleolítico Medio y la Edad del Bronce partiendo de una aproximación interdisciplinar desde la biología, la ecología, la paleontología, el paleoclima, la arqueozoología y la arqueología.

Para una correcta interpretación las colecciones fósiles, han sido comparadas detalladamente con 425 ejemplares actuales. Las lapas gigantes cuentan con una presencia mundial muy limitada y en las costas españolas existen de dos tipos, la lapa negra (Cymbula safiana) y la ferrugínea (Patella ferrugínea), principalmente en la zona del mar de Alborán.

Los datos obtenidos sugieren que las lapas gigantes pueden ser consideradas un nuevo indicador de intercambios a larga distancia durante el Calcolítico. En esta línea, el nuevo estudio propone una nueva hipótesis que vincula la posible recolección de las lapas gigantes de gran talla aprovechando el conocimiento de las mareas de mayor intensidad y, por tanto, una nueva interpretación de su uso simbólico como indicador de ciclos lunares y mareales. 

El uso de los recursos costeros es una incorporación tardía en la dieta humana y se documenta por primera vez en la costa española del mar de Alborán. En esta región, los moluscos marinos se han consumido durante los últimos 150.000 años, con independencia de las fluctuantes condiciones paleoclimáticas y ambientales del Cuaternario reciente.

Así, en los yacimientos costeros, el registro de lapas gigantes comienza con las poblaciones neandertales del Paleolítico Medio y continúa hasta la actualidad.