La Torre del Oro, la conocida construcción almohade, símbolo junto a la Giralda de la ciudad de Sevilla, cumplió ocho siglos. Tres cuerpos son perfectamente distinguibles en su estructura, cada uno de ellos construido en un período distinto. El primer tramo fue mandado edificar entre 1220 y 1221 por orden del dirigente almohade Abù I-Ulà mientras que el segundo, fue obra de Pedro I el Cruel en el siglo XIV y por último, el ingeniero militar Sebastián Van der Borcht finalizó la torre con otro cuerpo rematado en cúpula en 1760.

Sin duda, es hoy día uno de los monumentos más visitados dado el atractivo histórico y las privilegiadas vistas que ofrece del río y de la ciudad, sin olvidar el interesante Museo de la Armada Española que conserva en su interior desde 1944. Durante los 800 años que la contemplan, ha sido testigo del acontecer de  la capital hispalense y, aunque en esta selección solo se muestran pinceladas de los últimos cien años, da una idea del protagonismo del que ha gozado siempre.

Simbiosis de estilos

La Girada resume a las mil maravillas muchos siglos de historia sobre su propia fisonomía. La confluencia de los diferentes estilos arquitectónicos que la caracterizan es reflejo de las culturas que habitaron Sevilla. El resultado, ecléctico y singular, fascina a cualquier viajero.

El primer tramo de la Giralda es de estilo almohade. Los arquitectos Ibn Basso y Alí de Gomara fueron los artífices de este alminar construido para la gran mezquita de la ciudad. Un terremoto en 1356 provocó la caída de las cuatro esferas de bronce que coronaban la torre.

El cuerpo de campanas es de estilo renacentista, y fue diseñado por Hernán Ruiz en el siglo XVI. En su cúspide, a 104 metros de altura, podrás adivinar una veleta muy especial: el Giraldillo, otro símbolo de Sevilla.

La silueta de Sevilla

El perfil del mayor casco histórico de España tiene en la Giralda a su absoluta protagonista. Incluso, las decenas de torres y espadañas diseminadas por el centro de Sevilla parecen saludar respetuosamente a su referente, la Giralda.

La Giralda era roja

Recientemente se ha descubierto que la Giralda no mostraba el ladrillo tal como lo vemos hoy en día, sino que estaba revestida de color rojo. Al menos se sabe que así era en la época almohade y renacentista.

Pinturas y grabados de hace siglos atestiguan ese carácter polícromo de la Giralda. Y más aún, volvemos a mirar con otros ojos algunas obras donde parece adivinarse la sorprendente tonalidad de la torre.

Es el caso, por ejemplo, del famoso cuadro Santas Justa y Rufina, pintado por Murillo en 1666 y que puedes admirar en el Museo de Bellas Artes de Sevilla. ¿A que la Giralda parece rojiza en este cuadro?

Galería de la Torre del Oro en el tiempo

Las fotografías de los Serrano, Sánchez del Pando, Gelán, Cubiles, Serafín, Caparró y las colecciones del Siglo XIX incluidas en esta exposición virtual, proceden de albúminas originales, negativos en blanco y negro, vidrios al gelatinobromuro, plástico de nitrato y plástico de acetato de 35mm y 120mm.

Con un arco cronológico que oscila entre 1862 y 1976, las fotografías han sido seleccionadas y documentadas por el personal técnico de la Fototeca Municipal y reproducidas y tratadas digitalmente por el Departamento de Reprografía del Servicio de Archivo, Hemeroteca y Publicaciones del ICAS del Ayuntamiento de Sevilla.