Las luces del escenario se apagaron y los motores comenzaron a rugir. Los focos de luz blanca parpadeaban en el escenario mientras un séquito con casco de moto luminoso iba apareciendo en escena. De repente, una Rosalía vestida de blanco y rojo emergió del centro, camuflada con un casco idéntico al de su tropa y los primeros sones de SAOKO sonaron a través de los altavoces. Así fue la entrada de la cantante, épica, y con el primer sencillo que estrenó antes de sacar su disco «Motomami«.

La Cartuja entonces vibró de emoción y entonó todos y cada uno de los versos, no solo de SAOKO, sino de las 29 canciones que este pasado sábado la artista catalana regaló a sus fans. Y entre esas 29 canciones, tres inéditas que ya ha adelantado que estrenará próximamente. Motor, reguetón, flamenco y trap intercalado en dos horas de espectáculo.

La puesta en escena fue, quizá, lo más llamativo del concierto. Dos pantallas gigantes a cada lado del escenario y, en el centro, un vinilo blanco que se extendía también sobre las tablas. En él, Rosalía y sus bailarines se movieron toda la noche, seguidos constantemente por una cámara que iba emitiendo las imágenes en las pantallas laterales. El efecto de un videoclip en pleno directo.

Fallos técnicos

El concierto, un espectáculo en sí, no estuvo exento de fallos técnicos. Las luces y el sonido se apagaron durante la segunda canción que interpretó la cantante, CANDY. No obstante, como si de algo común se tratara, los bailarines se agruparon todos al final del escenario en una perfecta formación mientras la artista se paseaba por las tablas esperando la vuelta a la normalidad. Un problema que fue solventado rápidamente y que la cantante aprovechó para hablar con los fans: «¿Cómo estamos Sevilla?», gritó a los espectadores. Tras ello, sonó BIZCOCHITO, otro de los temas más bailables del nuevo disco de Rosalía.

Además, la cantante tuvo que cambiar su micrófono tras varias canciones también por problemas con el sonido, que hacían que su voz se escuchara saturada, e incluso se cortara en algunos momentos.

La emoción a flor de piel

La noche fue avanzando entre canciones «moto», canciones «mami», temas de su anterior disco, «El mal querer», e incluso covers de otros artistas. No faltó el abecedario de su disco, un interludio en el que la artista iba dando significado a cada una de las letras, de la A a la Z. Sin embargo, este momento fue interrumpido por la propia cantante, al percatarse de que había alguien en la primera fila que no se encontraba bien. Tal y como ella expresó, una persona se había mareado y estaba siendo atendida por el equipo médico. «Os amo, quiero que estéis bien», dijo la artista. «Si os encontráis mal, decídmelo, voy a estar pendiente», concretó.

Tras los incidentes, la noche se fue desarrollando con absoluta normalidad, con la voz de la cantante como principal protagonista y una actuación brillante por parte del equipo de bailarines. Un espectáculo sin precedentes que encabeza, tras su puesta en escena en Almería, la gira mundial de la artista, que recorrerá Europa, Latinoamérica y Estados Unidos hasta final de año.

Periodista. Comunicando y aprendiendo de todo a mi alrededor. Involucrada en el periodismo social.