De izquierda a derecha: Manuel Álvarez, Antonio Cano y Pedro Silva, los arquitectos de la bola de la Expo'92 / Clara Fajardo
De izquierda a derecha: Manuel Álvarez, Antonio Cano y Pedro Silva, los arquitectos de la bola de la Expo'92 / Clara Fajardo

La bola de la Expo’92, además de ser un símbolo vinculado de forma férrea a la muestra universal, «fue una obra técnica pionera en su tiempo». Así lo describen para Sevilla Actualidad los arquitectos sevillanos que gestaron tal proyecto: Pedro Silva, Antonio Cano y Manuel Álvarez. Un trío de profesionales extraordinarios a quienes los colores que les evoca la aventura en la que se embarcaron son el turquesa, el verde y el azul. Una asociación nada baladí puesto que todos esos tonos se apreciaban en los reflejos de la esfera en pleno funcionamiento.

Amigos y colegas de profesión desde el instituto, estos tres veteranos mosqueteros forman parte de la historia de la Exposición Universal ya que su proyecto para la Avenida 3 del recinto se convirtió en la vía principal de la efeméride a la que todo visitante acudía para buscar refugio climático. Un respiro que ellos idearon mediante un sistema de bioclimatización que revolucionó la refrigeración urbana y que la ciudad ha ignorado durante estos últimos 30 años.

CONTENIDO EXCLUSIVO

Puedes hacerte socio o registrarte gratis

Si estás registrado o eres socio inicia sesión

Plumilla por vocación, he trabajado en radio, televisión y prensa on line. Profundamente europeísta y convencida de que el Periodismo es el motor de cambio de la sociedad y hay que salvaguardarlo. Para...