La UNESCO examinará las solicitudes de inscripción en la Lista de Patrimonio Mundial en el Palacio de Congresos de Sevilla entre el 22 y el 30 de junio. Fibes acoge la trigésimo tercera reunión donde se presentan candidaturas de los 21 estados miembros, entre ellos una española. De entre las propuestas, veintitrés son espacios culturales, cuatro naturales y tres mixtos. También se revisará los espacios en peligro entre los que no se encuentran los de Sevilla. No obstante, se hablará del rascacielos de Cajasol.

Sevilla Actualidad. Tras la 32ª reunión celebrada en Quebec (Canadá) del 2 al 10 de julio del año pasado, la UNESCO elige a Sevilla para que España asuma la presidencia del Comité de Patrimonio Mundial de la UNESCO. Dicho comité, presidido por María Jesús San Segundo, Embajadora y Delegada Permanente de España ante la UNESCO, se encargará de revisar las solicitudes de los Estados Partes que en total ascienden a 30. Cuatro de las propuestas atañen a sitios transfronterizos y siete a ampliaciones de otros sitios ya inscritos en la Lista.

Algunos sitios a inspeccionar son la española Torre de Hércules (La Coruña), la Región de Causses y macizo de Cévennes (Francia), el Palacio Stoclet (Bélgica) o El binomio mercurio-plata en el Camino Real Intercontinental – Almadén, Idrija y San Luis Potosí (Eslovenia, España y México).

El Comité también revisará otros treinta sitios inscritos en la Lista de Ptrimonio Mundial en Peligro. Aquí encontramos espacios que, por diversos motivos como contaminación, desarrollo de la urbanización, turismo masivo deficientemente organizado o guerras y catástrofes naturales pueden perder los valores universales por los que fueron proclamados bienes de patrimonio universal de la humanidad en su día. Por ejemplo, el Valle del Elba en Dresde (Alemania) será objeto de un examen especial debido a la construcción de un puente en el centro mismo del paisaje cultural.

En las últimas semanas la polémica con respecto al rascacielos que Cajasol está construyendo en Puerta Triana se ha reavivado al hacerse públicas las declaraciones de Icomos. El organismo asesor de la UNESCO en cuestiones de patrimonio, cuestionó los dos informes que cajasol hizo por encargo del Ayuntamiento en los que se concebía nulo el impacto de la torre en el perfil de la ciudad y su patrimonio. Este organismo, avalado por asociaciones conservacionistas, declaró que en la reunión de la UNESCO de Sevilla se hablará de la torre porque está en la agenda de trabajo, así como animó a Cajasol, el Ayuntamiento y Cultura a “terminar con una situación que está poniendo en entredicho internacionalmente la imagen de la gestión del patrimonio en Sevilla, Andalucía y España”.

La UNESCO

Hasta la fecha, la Lista del Patrimonio Mundial comprende 878 sitios de “valor universal excepcional” ubicados en 145 Estados Partes y repartidos así: 679 culturales, 174 naturales y 25 mixtos.

La Convención de la UNESCO para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural, aprobada en 1972, preconiza y estimula la cooperación internacional para salvaguardar el patrimonio común de la humanidad. Esta convención es uno de los instrumentos jurídicos internacionales más aceptados, ya que ha sido ratificado hasta ahora por 186 Estados Partes. A los Estados signatarios de la Convención les incumbe identificar y delimitar los sitios de sus territorios para solicitar su inscripción en la Lista. Además, se comprometen a proteger los que ya están inscritos en ella, así como otros de importancia regional y nacional, mediante el establecimiento de un marco jurídico y reglamentario apropiado, entre otros medios.

El Comité del Patrimonio Mundial, órgano encargado de aplicar la Convención de 1972, está integrado por representantes de 21 países elegidos por los Estados Partes. Las candidaturas a la inscripción son examinadas por dos organismos consultivos: el Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), al que aludíamos antes, y la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Asimismo, el Comité supervisa la asignación de subvenciones del Fondo del Patrimonio Mundial, cuyo importe asciende a más de 4.000.000 de dólares anuales. Esas subvenciones se destinan principalmente a las intervenciones de emergencia, la formación de expertos y el fomento de la cooperación técnica.

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