La Mesa por la Integración que el Ayuntamiento de Pedrera convocó tras los incidentes racistas de la semana pasada ha culminado con la «conclusión unánime» de recuperar la normalidad y rechazar la xenofobia. El municipio abrirá una oficina de atención al inmigrante y desarrollará programas de integración.

El encuentro, de dos horas y media de duración, fue convocado por el alcalde del municipio. Antonio Nogales, tras las protestas racistas de la semana pasada en reacción al enfrentamiento entre  una pareja de la localidad y tres vecinos rumanos por el accidente de sus vehículos. A la Mesa han asistido, destaca el Ayuntamiento en un comunicado, la mayoría de colectivos, partidos políticos, sindicatos, clubes deportivos y asociaciones por los Derechos Humanos, así como Hermandades y AMPAs y miembros de los equipos directivos de los centros educativos del municipio. También ha asistido Radu Cătălin Mardare, cónsul de Rumanía en Andalucía, Ceuta y Melilla.

Los asistentes a la Mesa han coincidido en realizar un llamamiento a la convivencia y trabajar por la integración para erradicar las actitudes racistas y xenófobas de la ciudad. El municipio ha acordado «recuperar la normalidad en Pedrera, que no ha sido, ni es, una localidad xenófoba». Los colectivos asistentes han suscrito un comunicado rechazando las protestas racistas que se produjeron tras el accidente. El Ayuntamiento ha anunciado que desarrollará además con la ayuda de los asistentes líneas de acción por la tolerancia que incluyen la labor educativa de los centros de infantil y primaria. Entre las aportaciones, destaca el Ayuntamiento, se encuentran también la colaboración de las entidades deportivas para integrar a los jóvenes de otras nacionalidades en la vida del municipio, la del cuerpo de seguridad municipal contra la delincuencia y el control de vehículos, o el control del absentismo escolar. También se ha hecho hincapié en la necesidad de controlar los mensajes xenófobos vertidos en las redes sociales.

Además de los programas, la Mesa ha resuelto abrir una cuenta para costear los daños producidos a los coches de los vecinos y  la creación de una oficina de atención al inmigrante que otrogará peso a la figura del mediador para solucionar las desavenencias que puedan aparecer entre la población.