Cuatro escolapios en la Comunidad de Techo Guadalquivir, Montequinto Montequinto

Pablo Arrabal (Granada), Daniel González (Huelva), Luis Ruiz (Navarra) y Aitor Errasti (Gipuzkoa) se sintieron llamados a servir a Dios. A estos cuatro escolapios les llenaba estar rodeados de niños y de dar catequesis más que cualquier otra cosa y ahí fue cuando se dieron cuenta que querían entrar en la vida religiosa. Todos viven en un mismo hogar, concretamente en la Comunidad de Techo Guadalquivir en Montequinto, que lleva existiendo desde el 22 de noviembre de 2007. No todos se han unido a la misma vez ni en esta fecha. Daniel y Luis son los que más tiempo llevan en la casa, desde mucho antes de la pandemia. Pablo se unió justo en la época del Covid y Aitor vive con ellos desde 2017. Mantienen una vida en austeridad, sin lujos y compartiendo sus sueldos. 

Para ser sacerdotes, Pablo, Daniel y Luis pasaron por un proceso de formación de diez años. En ese tiempo, estudiaron Teología y Filosofía y han participado en comunidades religiosas de diferentes lugares, como Sevilla, Granada, Logroño, Bilbao, América y Vitoria. Además, ellos tres estuvieron un tiempo como misioneros en Bolivia. Pablo estuvo casi 10 años en un pequeño municipio de allí, Anzaldo. Fue nombrado párroco y gracias a esa experiencia supo valorar la vida y los pequeños detalles, ya que vivió de lleno lo que era la humildad y la pobreza.  

Aitor, religioso laico, se enganchó por unos conocidos a monitor de tiempo libre y catequista. A partir de ahí, empezó a formar parte de grupos religiosos y a escuchar testimonios de otros escolapios que le harían más tarde a llevar una religión laica. 

Cuando Luis y Aitor llegaron a Andalucía se sientieron muy queridos. No fue fácil para ellos dejar sus vidas, costumbres y familiares atrás. Sevilla les acogió con mucho cariño e ilusión. A día de hoy se sienten uno más dentro de la cultura andaluza, pero no han perdido la esencia del norte. En su carácter se les nota que son personas más lejanas. Por más años que lleven en esta ciudad su acento no lo han perdido. En muchas ocasiones ha habido choque cultural entre ellos y los sevillanos, por ejemplo: el frío, el cachondeo de los sevillanos, la manera de expresarse, de ser… Pero esas cosas han sido las que más le han acercado a formar una familia en el sur.

La vida en comunidad es un elemento esencial de esta religión. Los escolapios creen que de esta manera les ayuda a crecer en su fe y a servir mejor a los demás. «Eso tú lo vives y lo quieres de alguna manera, pero digamos que es algo que viene impuesto por la vocación», explica Daniel. 

¿Cómo es el día a día de los cuatro?

Todos los días se levantan temprano para rezar. Se van al colegio y realizan las diferentes tareas que cada uno tiene asignado. Cuando finaliza el horario escolar almuerzan todos juntos. Después algunos tienen reuniones y otros catequesis.  Las tardes son un poco más libres, dependiendo de las actividades que estén programadas. La idea es tener momentos de reunión los cuatro a la mañana, al mediodía y a la noche. Para así compartir lo que han hecho durante el día, los problemas que haya habido y para poner en común cuestiones acerca de la casa. A la hora de dormir, cada uno se va para sus habitaciones a seguir trabajando y preparar las tareas del día siguiente. 

Los jueves son distintos porque se reúnen con padres y madres del colegio, profesores, catequistas y personas jóvenes comparten su fe cristiana (grupo Fraternidad). Es otro encuentro comunitario que ya no es solo de los cuatro, sino una parte un poco más especial también de compartir la vida con otras personas. En las Eucaristías del sábado por la tarde, en muchas ocasiones alguno de ellos, como Aitor, se quedan a tomarse un refresco con los demás compañeros (padres, madres y niños) y con su grupo de catequesis de jóvenes en el bar de enfrente, La Luci

En las semanas de campamentos de verano del colegio, se ofrecen como voluntarios para echar una mano a los demás, al igual que en las convivencias y actos que hay durante el año. Se encargan de la cocina, y hacen de comer para todos. Están con todos los niños/as y participan en los juegos de la semana. Para desplazarse a los diferentes lugares en los que se les necesitan deben compartir un solo coche para los cuatro. 

Además, hay un proyecto de vivencia de fe, es decir, personas que se ofrezcan voluntarias pueden convivir junto a ellos varios días en la misma casa. O para quien no pueda dedicar tanto tiempo, también se les da la oportunidad de mantener una merienda con ellos.  

La relación con los vecinos es fantástica, afirma Aitor. «Fue una propuesta donde la convivencia entre ellos estuviera inserta en el barrio y tratar de vivir el día a día con los demás. Participan en todo lo que se les propone como vecinos». Por ser religiosos son un referente para la comunidad de vecinos y del barrio.

Papel de la religión en los medios de comunicación

Cuando se sientan a ver la televisión siempre llegan al acuerdo de que en una sociedad que se cierra a la existencia de la transcendencia, es normal que haya menos respuestas religiosas. Daniel «pide respeto para las personas que creen en la religión. Él cree que cada uno debe vivir su fe como quiera y que nadie puede hacer juicios categóricos sobre la experiencia religiosa. «La presión social para no ser religioso puede dañar a las familias. Esto se debe a que rara es la familia que vive en un tono nivelado a nivel religioso».

Pablo, entiende que «los prejuicios contra los religiosos se deben a que el cristianismo transmite unos valores que la sociedad actual no acepta». Aitor, piensa que los prejuicios contra los religiosos han aumentado en la sociedad actual. «Antes, la sociedad era indiferente a los religiosos. Ahora, es agresiva y contra ellos. Esto hace que sea difícil entender lo que aporta la religión. Las personas que viven ajenas a la religión se quedan con los clichés que hay en la televisión». 

Los cuatro se muestran molestos con el papel que se le da al cristianismo y a la religión en general en los medios de comunicación. A menudo transmiten información errónea sobre la religión y esto genera prejuicios y discriminación contra los religiosos. Para ellos es importante conocer más sobre la religión antes de hablar de ella. Según Daniel  «deben informar de forma objetiva, sin emitir juicios sobre todo en el terreno de la religión. Deben respetar las creencias de los demás, incluso si no las comparten».

Para Aitor  se centran en las noticias negativas sobre la religión, como los abusos sexuales. No muestran la realidad completa, ya que no informan sobre las actividades positivas de los religiosos. «Tienen una intencionalidad clara de desacreditar a la religión».

Mitos falsos sobre el cristianismo

Uno de los mitos más comunes es que «la religión es solo para personas mayores», afirma Aitor. «Esto es falso, ya que hay muchas personas jóvenes que son religiosas». Otro aspecto común es que la religión es una forma de control mental. También es falso, ya que la religión es una elección personal. Estos cuatro escolapios que conviven bajo un mismo techo ofrecen dos consejos a los jóvenes que sienten miedo o dudas sobre su religión:

No te canses de buscar. «La fe es un camino de descubrimiento personal, y es importante no dejar de preguntar y cuestionarse». Sé auténtico contigo mismo. «La fe debe ser una expresión de tu propia identidad, no algo que te impongan los demás».