El tribunal del juicio antes de comenzar la primera sesión - MARÍA JOSÉ LÓPEZ/EUROPA PRESS

La defensa del asesino de Rocío Cáiz recurrirá al Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA), según ha detallado su abogado a Europa Press. El joven fue condenado a prisión permanente revisable por violar, asesinar y descuartizar en Estepa a la joven de 17 años con la que tenía un hijo. El letrado está trabajando en la «adaptación» del recurso de apelación, criticando que la sentencia no haya incluido «ninguna referencia» las dudas forenses sobre la violación planteada.

En su veredicto, el jurado popular consideró probado que en la tarde del 2 de junio de 2021, la expareja mantuvo una discusión en el domicilio de Estepa por la negativa de ella a mantener relaciones sexuales. El inculpado «empleó violencia, consiguiendo su propósito», toda vez que el negó que la relación hubiera sido forzada.

Tras ello, y «con ánimo de acabar con la vida» de la menor, el acusado se colocó detrás de la misma y le rodeó el cuello con un cordón «haciendo presión sobre el mismo» y causando su muerte. El joven aseguró que ambos se enzarzaron en una pela, reconociendo que estranguló a su expareja, pero afirmando que «en ningún momento» tuvo «intención» de matarla.

Descuartizamiento del cuerpo

El condenado descuartizó su cadáver con dos cuchillos, guardando los miembros descuartizados en varias bolsas de basura. Durante los días posteriores, esparció los restos por diferentes zonas de Estepa, conservando algunas en el frigorífico de su domicilio. El inculpado dejó partes del cadáver en contenedores de basura próximos a un supermercado y la nave donde él trabajaba, así como en el cauce seco de un arroyo, entre la maleza. Según su relato, cometió estos hechos para «ganar tiempo».

El jurado declaró igualmente probado que aquel día, el acusado, «utilizando el teléfono» de la víctima y «haciéndose pasar por ella», envió mensajes a la madre y a la hermana de la menor. El joven les dijo que se había marchado a Badajoz con un muchacho del que se había enamorado, pidiéndoles que cuidaran de su hijo hasta que volviera.

La sentencia recoge en los hechos probados que el condenado «mató» a la joven «porque no aceptaba la ruptura, por su condición de mujer y por razón de su dominación sobre la misma». El exnovio de Rocío Cáiz pidió perdón a la familia de la joven, que ejerce la acusación particular en el caso, y a la suya propia.

La condena

La Audiencia le condena por un delito de agresión sexual, extremo que él negaba insistentemente asegurando que la relación fue consentida, con la agravante de parentesco a once años de cárcel; a cuatro meses de prisión por un delito contra la memoria de los difuntos con la agravante de parentesco y la atenuante de confesión, y a seis meses de cárcel por un delito contra el estado civil de las personas, ya que se hizo pasar por la víctima después de asesinarla. Lo absuelve de delitos de violencia habitual, lesiones en el ámbito de la violencia de género y daños, ya que el jurado no consideró probados estos delitos. Además, deberá indemnizar con un total de 390.274 euros a la familia de la víctima.

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