La Iglesia tendrá Doctores, y alguna Doctora, pero Sevilla tiene más, infinitamente más. Vivimos en un país opinador por naturaleza, pero nuestra urbe incluye una variable. Aquí lo de llevar dentro un seleccionador nacional de fútbol es muy pobre; pudiendo poseer una docta opinión sobre cofradías ¿quién quiere analizar otro ámbito de la vida social de la ciudad?

Estamos finalizando una prolífica etapa electoral en lo cofrade, y lo curioso no nos lo ha proporcionado tanto cabildo electoral sino sus correspondientes campañas de sus múltiples candidaturas. Afirman los que alimentaron al monstruo y ahora se asustan del tamaño que tiene, que hemos caído en el pozo del mal, pues nuestras hermandades cada vez se asemejan más a partidos políticos que concurren al sufragio. Esto, además de una estupidez, es un error y de los grandes. Fíjense lo mal que anda el panorama político, yo misma despotrico aquí de él cada vez que se tercia, bien, pues algo les diré, ojalá fuera verdad que las hermandades se asemejan a ese panorama, al menos sabríamos a que atenernos. Las hermandades, como elemento compositivo de la sociedad hispalense, están sujetas a los mismos cambios, tensiones, evoluciones e involuciones que inciden en la sociedad misma y hasta cierto punto, es lógico que se dejen influir por las tendencias políticas de cada momento, como ha ocurrido desde su formación; ojo, que al decir tendencias no hablo de partidos o ideologías concretas, me refiero simplemente al rumbo de las cosas. Pero las hermandades a la vez son un micromundo diferenciado, uno con la capacidad de extrapolar lo que les interesa, en ocasiones llevándose la peor parte de muchas cosas. Con esta matización, podemos ver como ahora las campañas electorales cofrades son una versión en miniatura de las que organizan candidatos políticos, sí, pero ¿por qué se critica esto? Se critica porque aún queremos negar lo evidente, reclamar que las hermandades son una reunión fraternal de cristianos comprometidos, que sí, puede que en muchos casos sean eso, pero obviar que además de eso son más cosas… en serio, no se puede ser tan pueril a estas alturas de la película. Para no extenderme en el análisis, recomiendo encarecidamente que en su buscador favorito pongan el nombre de mi amigo Daniel Gutiérrez Marín junto con el de su artículo «Carrera electoral» y llegarán a un compendio de aspectos clarificadores sobre el panorama electoral morado en que andamos.

Volviendo al comienzo del artículo, ahora toca escandalizarse, llevarse las manos a la cabeza porque fulanito sufraga un autobús para que sus votantes acudan a la cita electoral, mientras menganito se muerde las uñas por no haber podido llevar a cabo esto mismo. Como si algo de esto fuera nuevo, fingiendo en una charada populista que nadie ha visto antes que se compren votos invitando a un potaje, prometiendo un martillo y cosas mas patéticas que me guardo por vergüenza ajena.

Vivimos un tiempo vorazmente competitivo, cruel en la justicia con la que deberían medirse las acciones de unos y otros. Si David viviera en nuestros días, lo mismo el gigante lo cogía por el cuello y lo mandaba bien lejos junto con su piedra y su honda, porque no es la astucia o la inteligencia lo que más lucido resulte en este tiempo y este mundillo lleno de voluntades y votos en oferta.

Tengo demasiados amigos implicados en estas lides como para que el asunto no me asquee cada día más, pero si algo me molesta, si algo me irrita más que el pisoteo de gente válida y capaz con argumentos falaces, es el hecho de que esto sea censurado duramente por personas que en su día generaron todo esto, personas que viven de la mediatización cofrade, que han reivindicado lo que más les convenía en cada momento, que han parasitado por todo el mundo morado y que ahora, desde alguna torre de marfil que más bien parece prefabricada, se sientan a contemplar el cuadro y relatan sendamente sobre la pérdida de la medida de las cosas, el triste punto al que se ha llegado, el declive de algo que probablemente, ni siquiera saben concretar.

Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...