Iba a hablar del famoso debate. Muy original, ¿verdad? Y también tenía ganas de comentar el caos que es la Plaza del Duque ahora más que nunca gracias al “no plan Centro”.  Y como tantas veces, me siento ante el folio en blanco, virtual folio en blanco, y no tengo ganas de ninguna de estas cosas.

La verdad es que a veces cuesta muchísimo escribir cuando piensas que todo está escrito ya, todo está dicho y todos los chistes en twiter. Creo que ya no puedo reírme más del tinte de Rajoy, de la obsesión de Rubalcaba por el famoso programa de cuatrocientas páginas que se ha leído con fervor, de que Cazalla y Constantina estén reubicadas en Cádiz…  Lo dicho, nada nuevo bajo el sol. Parece que las noticias o la actualidad se expanden por las redes sociales de manera que a mí, personalmente, me resultan poco novedosas al día siguiente. 

Sin embargo, ando leyendo algo que, aunque no es novedoso, para mí está resultando una brisa fresca en medio de tanto hastío preelectoral. ‘Cuentos sin plumas’, de Woody Allen. Básicamente son recopilaciones de cuentos y delirios, cada uno más hilarante que el anterior. Lo último ha sido “Si los Impresionistas hubieran sido dentistas”, una sátira de las cartas que Van Gogh enviaba a su hermano Teo, contando sus venturas y desventuras como dentista artístico, sus fracasos y disputas con otros compañeros del gremio odontológico, incluyendo por supuesto su tormentosa relación con Gauguin, con el que compartió consulta durante un tiempo.

Tal vez, en este panorama de crisis y desesperación, cuando cada candidato a Presidente parece más de opereta que el anterior, viene bien una desconexión surrealista total, y perderse en los descabellados planes de coreografías de ballet de Woody, donde la protagonista de “El lago de los cisnes” es una mujer por el lado izquierdo de su cuerpo, y un cisne por el derecho…

Entre mis favoritos, aunque no he acabado aún el libro, está el relato de “La puta de Mensa”, breve cuento en que se destapa una red de trata de blancas con chicas que por un determinado precio discuten de literatura, música e incluso si se está dispuesto a pagar más, se hacen las encontradizas en el museo, fingiendo un fortuito encuentro intelectual.

Lo dicho, tal vez en lugar de que Rajoy ayer no parara de leer sus notas y Rubalcaba no hubiera pegado ojo leyendo el programa del PP, habría sido mejor que ambos leyeran la obra de Allen.

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Técnica Superior en Integración Social, Graduada en Trabajo Social, Especialista Universitaria en Mediación, Máster Oficial en Género e Igualdad. Actualmente Doctoranda en CC. Sociales; investigadora...