Un domingo raro –nublado y fresco- de casi mitad de junio, me senté a almorzar comida precocinada. Puse las noticias. Y mi sorpresa fue mayúscula cuando ví a María Dolores de Cospedal –secretaria general del PP y exponente de la acritud menos disimulada del conservadurismo español actual- aparecer en pantalla con un pañuelo palestino al cuello. Un pañuelo de esos que distinguen a hippies, alternativos, piojosos… y a Sánchez Gordillo allá donde vaya.

Belén Zurbano Berenguer. Cierren los ojos e imaginen conmigo: sedoso y brillante pelo castaño de señora de barrio bien, perlas en las orejas bien limpias y… un palestino al cuello. Sigan imaginando: a su lado –la señora ya ha agarrado bien el bolso “por si las moscas”, que con estos rojos nunca se sabe- el bajito y barbudo Gordillo con los zapatos manchados de la tierra de Marinaleda, y… claro, el palestino ídem. Como que no.

Eso sí, a favor de la coherencia hay que decir que el pañuelo de ella –que exhibía en la reunión del comité de alcaldes del partido de Castilla la Mancha celebrado en Guadalajara- tenía unos colores que disimulaban lo que realmente era y un aspecto suave que seducía a leguas y evidenciaba la distancia real con respecto a aquello que representa. Vamos, que si le quitan un palestino a un árabe de la cabeza –al que lo lleve- seguramente no soltará el tufo a suavizante que previsiblemente ha tenido que sufrir el de doña Cospedal.

Pero a pesar de ser un palestino pijo lo llevaba bien colocado, con el triángulo hacia delante y los extremos colgando a los lados del cuello sobre el pecho. Pijo y todo, palestino era. Por ello –la no neutralidad del símbolo/trozo de tela/símbolo- lo vestimos algunos. Es una seña de identidad. Difícil de definir, sí, como toda manifestación propagandística, pero con sentido y significado al fin y al cabo.

La simplificación que llevan aparejados los símbolos reducen los razonamientos a esquemas como el siguiente: palestino- Palestina- pobreza- ocupación- Israel- muertos. Y por defecto, al consiguiente: Mari Loli- PP- gaviota- Aznar- liberalismo- pro israelí. Algo falla en el trío entre las anteriores cadenas de sentido y el elemento central “pañuelo palestino”. Que Sánchez Gordillo y María Dolores de Cospedal compartan vestuario, mosquea más.

Un poco de respeto, aunque sea por los símbolos.

www.SevillaActualidad.com