La historia del pestiño puede remontarse al menos hasta el siglo XVI, siendo probablemente mucho más antiguo. La primera referencia literaria la encontramos en La Lozana andaluza (1528) de Francisco Delicado, obra en la que es mencionado como parte del repertorio culinario de la protagonista.

En el 1791, es mencionado en el sainete anónimo Los Locos de Mayor Marca. Asimismo es mencionado en El sombrero de tres picos (1874) de Pedro Antonio de Alarcón. El pestiño está emparentado con la shebbakiyya marroquí, lo que sugiere un posible origen común, quizá andalusí.

Mientras que el pestiño suele prepararse en fechas navideñas o durante la Semana Santa, la shebbakiyya se consume con frecuencia durante el mes de ramadán por su valor energético, ideal para romper el ayuno. Ello nuevamente sugiere un origen común asociado a celebraciones religiosas que a su vez podría relacionarse con otras frutas de sartén que tienen su origen en la Pascua judía.

Estos son los ingredientes necesarios para hacer esta delicia de dulce cofrade y su modo de elaboración.

Ingredientes:

  • Aceite de oliva virgen extra para la masa (70 ml)
  • Cáscara de limón para aromatizar el aceite
  • Azúcar para espolvorear
  • Miel para bañarlos
  • Semillas de anís o matalahúva al gusto
  • Vino blanco (70 ml)
  • Aceite de oliva virgen extra abundante para freír los pestiños
  • Harina de trigo (250mg)

Modo de elaboración

Comenzamos aromatizando el aceite para lo cual lo calentamos en una sartén con un trozo de cáscara de limón dentro. Una vez que se ha dorado ésta y el aceite esté bien caliente se retira la cáscara y se añaden los anises. Apagamos el fuego y dejamos que el aceite se enfríe a temperatura ambiente.

En un cuenco grande se pone la harina y se mezcla con el aceite ya frío mezclado con el vino blanco. Se amasa mezclando bien hasta obtener una masa fina que se desprenda de las paredes del recipiente, dejando la masa después reposar media hora cubierta con un paño.

Extiende la masa con el rodillo hasta que tenga el grosor de una moneda. Después se corta en tiras de unos 4 cm y después en cuadrados. Cada cuadrado lo transformamos en el clásico pestiño, doblando hacia dentro las puntas y pegándolas con una gota de agua. Dejamos reposar durante 30 minutos antes de freírlos.

Calienta una sartén con abundante aceite y fríe los pestiños por tandas, dándoles la vuelta para que se doren por igual. Cuando estén bien fritos, escurre los pestiños sobre papel de cocina y pasa por una mezcla de miel con unas cucharadas de agua, calentada brevemente al fuego o si lo prefieres, espolvoréalos con azúcar.