Herpes zóster síntomas
Sarpullido de herpes zóster. Wikipedia

El herpes zóster, o culebrilla, es una infección viral que se manifiesta como una dolorosa erupción, y puede afectar a los nervios y a la piel, causando otros síntomas. Es causada por el virus varicela-zóster, el mismo virus que causa la varicela en los niños. Después de que una persona se recupera de la varicela, el virus permanece inactivo en el cuerpo. Más adelante en la vida, el virus puede reactivarse y causar el herpes zóster.

Síntomas

Los síntomas generales del herpes zóster son:

  • Dolor, ardor, picazón o sensación de hormigueo.
  • Erupción cutánea que comienza como pequeñas ampollas llenas de líquido y se convierte en costras.
  • Sensibilidad al tacto.

Según la persona, también se puede experimentar:

  • Dolor de cabeza.
  • Fiebre.
  • Malestar general.
  • Dolor en los ojos, hinchazón y enrojecimiento en casos donde el virus afecta al ojo.
  • Dolor en el oído, pérdida auditiva o zumbido en los oídos en casos donde el virus afecta al oído.

Los síntomas más claros del herpes zóster son el dolor y la aparición de un sarpullido como una línea de ampollas en un lateral del cuerpo. También puede aparecer en la cara, el cuello, o cerca de un ojo.

Prevención

La mejor manera de prevenir el herpes zóster es a través de la vacunación. La vacuna ha demostrado ser altamente efectiva, y también reduce la posibilidad de desarrollar complicaciones.

Una persona con herpes zóster no puede contagiar a otra de herpes zóster. En cambio puede transmitirle el virus y causarle varicela, si la persona contagiada no ha contraído la enfermedad anteriormente. Para evitar contagiar el virus a otros, se recomienda cubrir el sarpullido, tocarlo lo menos posible y lavarse las manos con frecuencia.

¿Cuándo contactar con un médico?

El herpes zóster pueden tener algunas complicaciones, especialmente en personas mayores o con sistemas inmunológicos debilitados. Algunas de las posibles complicaciones incluyen:

  1. Neuralgia postherpética: Esta es la complicación más común del herpes zóster. Se trata de un dolor intenso y persistente que puede durar meses o incluso años después de que desaparezcan las ampollas. Puede ser difícil de tratar y afecta significativamente la calidad de vida de la persona.
  2. Infecciones: Las ampollas del herpes zóster pueden romperse y dejar la piel vulnerable a infecciones bacterianas.
  3. Problemas de visión: Si el herpes zóster afectan al ojo o la frente, puede haber complicaciones graves en la visión.
  4. Problemas neurológicos: El herpes zóster pueden afectar a los nervios, lo que puede causar debilidad, parálisis facial o problemas de equilibrio.

Es recomendable consultar con un médico si sospechas que puedes estar sufriendo herpes zóster, especialmente si:

  • El sarpullido se encuentra cerca de un ojo.
  • Si tú o alguien cercano tiene un sistema inmunitario débil.
  • Si sufres dolor intenso.

Tratamiento

No hay una cura para el herpes zóster. Por ello, su tratamiento se enfoca en reducir el dolor y la duración del brote, prevenir complicaciones y tratar las infecciones secundarias. Algunas de las opciones de tratamiento incluyen:

  1. Antivirales: Los medicamentos antivirales, como el aciclovir, valaciclovir o famciclovir, pueden reducir la duración del brote y disminuir la gravedad de los síntomas.
  2. Analgésicos: Los analgésicos de venta libre, como el ibuprofeno, pueden ayudar a aliviar el dolor.
  3. Compresas frías y húmedas: Las compresas frías pueden proporcionar alivio temporal para el dolor y la picazón, así como baños de agua fría.

El tratamiento es más efectivo cuanto antes se detecte la infección, por lo que es recomendable contactar con un profesional sanitario lo antes posible.