El presidente ruso Vladimir Putin

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, ha proclamado este viernes 30 de septiembre la anexión de las regiones ucranianas ocupadas de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia a la Federación Rusa. Esto implica que estos territorios ya se encontrarían bajo la soberanía de Moscú y sus ciudadanos serían rusos de pleno derecho tal como ha indicado Putin: «Serán ciudadanos rusos para siempre».

Durante el acto de anexión en el Kremlin, Putin ha dado un discurso antes las principales autoridades del país y de los líderes prorrusos de las cuatro regiones ucraniana para continuar su escalada en el conflicto ucraniano sin hace caso a las advertencias de multitud de gobiernos del mundo que ponen muy en duda la legalidad de esta anexión.

En dicho discurso, Putin ha manifestado que este acto responde al deseo de «millones de ciudadanos» que están en su derecho de pedir unirse a Rusia según el principio de la autodeterminación de los pueblos que también contempla la propia Naciones Unidas, según ha señalado.

El mandatario ha apelado al pasado, a la época soviética y a la tradición para defender la «patria histórica». También ha recordado a los que ha calificado de mártires, los que han perdido la vida en Ucrania, incluyendo los militares rusos fallecidos desde el inicio de la invasión en febrero, y ha pedido a las autoridades ucranianas aceptar un alto el fuego y volver a la mesa de negociaciones.

El mandatario ruso ha abogado por «proteger la libertad» frente a quienes buscan la «soberanía mundial» y ha cuestionado las reglas de Occidente. También ha destacado que los países occidentales no ven a Rusia como una sociedad libre sino como una «una multitud de esclavos y ha acusado de avariciosos a los gobiernos occidentales. De hecho, ha calificado de engaño en compromiso de la OTAN de no expandirse hacia el Este de Europa además de los acuerdos para frenar el desarrollo armamentístico.

La crisis energética y los sabotajes

Putin también ha hablado de la crisis energética y alimentaria mundial, de la que el presidente ruso se ha autoexculpado. Sostiene que la esta crisis es el resultado de «muchos años de políticas equivocadas» por parte de Occidente. Según el presidente ruso, los problemas relativos a la energía comenzaron mucho antes de la guerra de Ucrania.

Asimismo, Putin ha vinculado a los países anglosajones con el sabotaje a los gasoductos Nord Stream, ya que habrían ayudado a «organizar explosiones» en las tuberías que discurren bajo el mar Báltico.