La inflación está golpeando fuertemente a la economía de los hogares españoles.

La cesta de la compra se ha disparado y según afirman los expertos, esta situación podría prolongarse hasta el verano.

El aumento de la presión fiscal y el precario comportamiento del mercado laboral mantienen la renta de los hogares españoles en niveles más bajos que los anteriores a la pandemia, que han perdido poder adquisitivo desde el inicio del conflicto armado entre Rusia y Ucrania.

Bien es cierto que tras la pandemia, el desempleo era el problema más importante a superar. Sin embargo, las consecuencias de la guerra han dejado a la inflación en el primer puesto en cuanto a preocupaciones de muchas familias españolas.

Según ha manifestado la vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Asuntos Económicos y Transformación Digital, Nadia Calviño, según los datos mostrados por los indicadores, podría afirmarse que en marzo habríamos dejado atrás el pico inflacionario y que ésta se ralentizará en el segundo semestre del año, para bajar en torno a un 2% en el 2023.

No obstante, la incertidumbre nos seguirá acompañando ya que factores como la evolución de la guerra y las sanciones a Rusia pueden afectar a la situación, independientemente de las medidas que se adopten a nivel nacional.

Salvaguardar el capital con oro

Lo cierto es que en momentos de intensa volatilidad, la inversión en metales preciosos gana terreno frente a otras opciones en la composición de las carteras gracias a su tradicional papel como valores refugio.

En especial el oro, que mantiene su papel estelar en momentos complicados y cuando la inflación se dispara. Además de los métodos de compra tradicional, por medio de plataformas de trading online como Plus500, la inversión puede realizarse mediante productos financieros que replican su cotización, lo que cuenta con la ventaja de poder invertir con cantidades moderadas, aunque por esto mismo con la contraparte del riesgo del apalancamiento.

Y es que según afirman los expertos, la inversión en este activo sería capaz de minimizar el impacto inflacionario, aunque los inversores siempre deberán sacar sus propias conclusiones, ya que la volatilidad esta presente y en el mundo de las inversiones las situaciones son cambiantes y nada está escrito en piedra.

Situación en EEUU

La inflación en EEUU es el centro de todas las miradas por su papel como centro de los mercados. Y aunque los analistas esperan que el pico se haya superado, los expertos manifiestan sus dudas con argumentos a favor y en contra, a la espera de que se dé a conocer el dato de abril, que aún no se ha publicado en el momento de redactarse este artículo.

Y es que hay varios factores que tienen influencia en este dato, entre ellos el precio del crudo o los nuevos confinamientos por Covid en China, que pueden extender la escasez en la cadena de suministros.

El coste de la gasolina, por sí solo, tendría un gran impacto en este dato, y al haberse producido un descenso, debería reflejarse en la variación de los precios al consumo puesto que representó las tres cuartas partes del aumento del IPC entre el segundo y tercer mes del 2022.

En este momento el precio del barril de WTI se sitúa en torno a los 102 USD, lo que supone un alivio, especialmente con respecto al mes de marzo donde tocó máximos de 130 USD. Y los analistas refuerzan su opinión en referencia a que ya se habría superado el pico máximo de inflación ya que los precios de la energía se sitúan de nuevo en los niveles previos al inicio de la guerra en Ucrania, mientras el aumento en la cesta de los productos básicos se está pausando.

Sin embargo, al igual que en España, confluyen numerosas presiones tanto externas como internas sobre los precios, por lo que se deduciría que la inflación continuará en niveles elevados lo que queda de año.

Situación en la Eurozona

Los indicadores muestran en la Eurozona también valores que no se veían desde hace décadas.

A diferencia de lo que sucede en EEUU, la escalada inflacionaria europea se prevé que prosiga su camino durante los próximos meses, pero según afirma Lagarde, las causas serían diferentes a las que acontecen en territorio estadounidense -la europea obedece a factores externos- por lo que las medidas adoptadas por el BCE también deberían ser diferentes de las implementadas por la FED, ya que, según afirmaba, la energía y los alimentos son el mayor problema en el problema inflacionario europeo, exponiendo que un aumento en los tipos de interés no provocaría un descenso en el precio de la energía.A pesar de todo, Lagarde habría cedido a la presión anunciando una subida de tipos que previsiblemente tendrá lugar en las próximas semanas, a la que seguirán otras posteriormente en un proceso gradual de normalización.