Unay Emery recibe a su ex-equipo en un feudo en el que el equipo ché no sabe lo que es ganar desde hace ocho años.
Pase lo que pasa, será una despedida agridulce. En ninguno de los casos, el Sevilla se clasificará para jugar en Europa por méritos deportivos y sólo la victoria ante el Valencia le otorgaría la posibilidad de optar a ello por las sanciones a Rayo y Málaga.
El triunfo ante el equipo che resultará harto complicado. El Valencia necesita la victoria para asegurar su clasificación para la Champions League y el estado del Sevilla no invita al optimismo. Sin embargo, existe un dato que fomenta la confianza en la escuadra nervionense y el que el conjunto valencianista no ha conseguido la victoria en sus ocho últimas visitas al Sánchez Pizjuán, de las cuales seis acabaron en victoria para el cuadro rojiblanco.
Aunque las estadísticas sólo existan para romperlos, el Sevilla debe recordar los hechos pasados para repetirlos en el presente confiando además en su fortaleza como local para conseguir una victoria que despida con buen sabor de boca ante su parroquia una pésima temporada en la que no se cumplirán los objetivos.
El partido además cuenta con el aliciente del reencuentro de Unai Emery con el que fue su equipo durante las cuatro últimas campañas, durante las cuales sólo consiguió puntuar en la temporada de su debut como técnico che, cuando consiguió empatar a 0-0 en un equilibrado duelo.
El vasco completará el próximo sábado su primera vuelta completa como entrenador sevillista, ya que curiosamente su llegada fue posible tras la destitución de su antecesor Míchel justo después de la derrota en Mestalla por dos goles a cero, un partido que el mismo Unai Emery presenció desde la grada, acrecentando todas las sospechas sobre su fichaje por el Sevilla.