El Real Betis estuvo a punto de completar una remontada en un partido que se le complicó desde el principio. Rubén Castro se convirtió en el máximo goleador del equipo.
A la noche fría que se vivía en el Villamarín en el partido de ida de los dieciseisavos de final de la Copa del Rey poco ayudó el marcador que el Real Betis se encontró en el minuto 5. Un contundente cero a dos tras dos despistes defensivos y al Almería se le allanaba un choque en el que el Betis no estuvo en su primer asalto. Mané a la salida de un córner hacía el primero desde la frontal, tras un tiro cruzado, y Teerasil marcaba el segundo en un mano a mano con Dani Giménez después de que Corona le diera un pase desde la medular.
El cuadro verdiblanco deambuló por el terreno de juego sin las ideas claras y no se recuperó del duro varapalo recibido. Con poco el Almería, conseguía sobrepasar las líneas de presión béticas y tener una sensación de peligro que no se disipó durante toda la primera parte. Pero lo peor iba a llegar. En el minuto 28 se producía el tercer mazazo de la noche para el equipo heliopolitano. Quique remataba en el segundo palo un balón que peinaba Edgar a la salida de un córner.
El tercero era una barrera no sólo física sino psicológica que privó por completo de recursos a un equipo que necesitaba la llegada del descanso. Pacheco y Rennella intentaron algún acercamiento sin demasiada opciones de premio y Perquis pudo acortar distancias a la salida de un córner, pero su remate se marchaba por el lateral.
El larguero de la portería de Julián recibía al Real Betis nada más comenzar la segunda mitad. El córner sacado por Pacheco era rematado por Caro al travesaño. Al igual que en Palamós, Merino movía rápido el banco y Chuli y Matilla eran sustituidos por Molina y Kadir cambiando el sistema a un 4-4-2. Entró con ganas Molina y sus primeras aportaciones sirvieron para lanzar el ataque verdiblanco. Se jugaba más en campo contrario y la cara era otra pero un nuevo error propició una contra del Almería y Edgar ponía el cuarto en el 16 de la segunda parte.
Demasiado era ya el peso de la losa que parecía condenar definitivamente el partido. Sólo el balón parado y alguna que otra jugada de Molina inquietaron a Julián. Merino metió a Rubén en el partido por Rennella y el delantero canario respondió como él sabe, con gol. Quizás no era el mejor partido para hacer historia y convertirse en el máximo goleador del Real Betis con 95 tantos pero el ’24’ tiene una relación especial con el gol y en pocas ocasiones falta a su cita. El tanto de Rubén animó al Betis. Pacheco estaba generando buenos saques de esquinas y Perquis se aprovechó de uno de ellos para marcar el segundo. El equipo se creció mucho, se lo creyó.
El Betis se vino arriba de tal manera que en una contra Kadir pudo seguir acortando distancia, pero Julián detuvo. Los de Merino seguían apretando. Rubén se inventó una nueva jugada en el área pero su centro no pudo rematarlo Molina que reclamaba penalti. Lo puso todo el Betis en los últimos minutos y Molina tuvo el premio a su buen partido. De nuevo, Pacheco sacaba un córner perfecto y Molina remataba el tercero a la red. Se ponía a sólo un gol de empatar cuando se cumplía el tiempo pero el colegiado sólo daba tres minutos de añadido.
Finalmente, el resultado no pudo cambiar aunque el conjunto verdiblanco dispuso de ocasiones, en un final loco, para empatar un partido al que entró demasiado tarde.
3- Real Betis: Dani Giménez, Piccini, Caro, Perquis, Casado, Pacheco, Lolo Reyes, N’Diaye, Matilla (Kadir, minuto 53), Chuli (Jorge Molina, minuto 53) y Rennella (Rubén Castro, minuto 73).
4- UD Almería: Julián Cuesta, Michel, Antonio Marín, Dos Santos, Mané, Verza, Corona (José Ángel, minuto 67), Iván Sánchez (W. Silva, minuto 59), Edgar, Quique y Teerasil (Dani Romera, minuto 67).
Goles: 0-1, minuto 4: Mané. 0-2, minuto 6: Teerasil. 0-3, minuto 30: Quique. 0-4, minuto 61: Edgar. 1-4, minuto 79: Rubén Castro. 2-4, minuto 85: Perquis. 3-4, minuto 90: Jorge Molina.
Árbitro: Martínez Munuera, valenciano. Amarillas para Perquis, Iván Sánchez, Teerasil, Caro y Casado.