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Es por todos conocido que eso de que la liga española es la «liga de las estrellas» o la «liga que mueve al mundo» no es más que un eslogan publicitario que poco o nada se corresponde con la realidad.

Hablando en plata, la liga española es una mierda. Basura. Un esperpento presuntamente organizado por una panda de estómagos agradecidos que bailan al son que el dinero toca, sin importarles nada los aficionados o la degradación de la competición.

Imponen horarios absurdos, asignan partidos en días impropios y suponen un trastorno para aquellos que pagan un abono con la intención de acudir al estadio de su equipo o para cualquier aficionado que quiera organizar su asistencia a algún partido. Sábados, domingos, lunes, algunos martes, miércoles, jueves, 12 de la mañana, 3 de la tarde, 5, 7, 7:50, 8, 9, 10, 11 de la noche… Un cachondeo.

En esta ocasión, la ineptitud de los mandamases de la liga determinó que mañana, a las 21:30 horas -en principio iba a ser a las 21 horas, es decir, error sobre error- se jugara en el estadio Benito Villamarín el Real Betis Balompié – Club Atlético de Madrid.

En principio, ninguno de los dos equipos puso impedimentos para jugar pese a que los de Simeone tenían que disputar sólo tres días antes la final de la Supercopa de Europa ante el Chelsea en Mónaco y que el lunes era fecha de selecciones y los internacionales de ambos equipos no podrían disputar el partido de liga.

El miércoles pasado, es decir, cinco días antes del partido, cuando el Betis tenía todo organizado para el partido -cartelería, entradas y demás-, llegó al club la notificación oficial sobre la petición del Atlético para aplazar el encuentro. Dos o tres días antes ya se sabía que el aplazamiento era un hecho, no hay más que recordar las declaraciones de Enrique Cerezo al respecto.

El tema es claro, la liga es el coño de la Bernarda y los mandamases de la LFP son siervos de los operadores de televisión y de los equipos con poder, es decir, los madrileños y el Barça. No hay más. El fondo no avala el aplazamiento, pero es algo que se podría discutir. Donde no hay discusión es en las formas chapuceras y malintencionadas de un organismo oficial como la LFP y de un club histórico como el del Manzanares.

Para terminar de explicar todo este embrollo, tal vez lo mejor sea leer el comunicado emitido por el Real Betis Balompié al respecto y las declaraciones del presidente bético, Miguel Guillén.

Los perjuicios para el Betis por el aplazamiento no se ciñen sólo a lo económico. Tras el partido contra el Rayo Vallecano, el sábado 25 de agosto, los de Pepe Mel no disputarán competición oficial hasta 23 días después, es decir, hasta el lunes 17 de septiembre ante el Real Valladolid en Zorrilla.

Es más, la incompetencia de la LFP ha conseguido que después de estar 23 días sin jugar, el Betis tenga que disputar dos partidos la misma semana -lunes y sábado, ante Valladolid y Espanyol- y otros dos la semana siguiente -el aplazado contra el Atlético de Madrid el miércoles 26 de septiembre y ante el Málaga en La Rosaleda el fin de semana siguiente. 4 partidos en dos semanas. La ineptitud de los mandamases de la liga no tiene límites, por no hablar de lo poco que les importa la competición y lo mucho que se ciegan con el puñetero dinero.

Así pues, aquí debería ir la previa del partido de mañana ante el Atlético de Madrid, pero va a ser que no. Qué país.

Más información en: http://rbetisb1907.blogspot.com

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Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla, empezó en la comunicación local y actualmente trabaja para laSexta. Máster en Gestión Estratégica e Innovación en Comunicación, es miembro...