José Roda Peña, comisario de la exposición Pedro Roldán escultor (1624-1699) - Álvaro Fedriani Cabezas

El Museo de Bellas Artes de Sevilla acoge hasta el 10 de marzo de 2024 la exposición Pedro Roldán escultor (1624-1699) por la celebración del IV centenario de su nacimiento. El catedrático de Historia del Arte y comisario de la muestra, José Roda Peña, asegura que «es una muestra de 44 piezas que permite conocerle a la perfección». Si bien es una exposición escultórica, «se completa con documentos, lienzos, dibujos, grabados e incluso con dos tallas de La Roldana, ubicadas al final».

– ¿Por qué se ha elegido el Museo de Bellas Artes para la exposición?

Es la principal institución cultural museística en Sevilla. En ningún momento tuve dudas. Hace dos años preparé un proyecto expositivo y a la primera que se lo presenté fue a Valme Muñoz, directora del Museo, que, desde el primer momento, lo acogió con gran entusiasmo y benevolencia. Mi experiencia con el Museo de Bellas Artes y con la Consejería Cultura es extraordinaria. Los espacios son muy limitados y probablemente si hubiéramos tenido más espacio, la exposición hubiera sido más ambiciosa. Esta exposición es digna para homenajear a un artista de la categoría de Roldán.

– ¿Cómo surgió la idea de realizar esta exposición?

Hace dos años con la presentación del proyecto. Posteriormente llegó el momento de pedir a los prestadores sus aquiescencias, las piezas, la elaboración del catálogo, la gestión de los contratos de seguros, transporte… Han sido dos años frenéticos de trabajo. Por mi parte también es fruto de una vida de investigación porque ya en 2012 publiqué una monografía sobre Pedro Roldán y luego he divulgado varios artículos de investigación.

¿Cómo ha acogido Sevilla la exposición de Pedro Roldán?

Está siendo un éxito como presumíamos. Los comentarios son siempre los mismos: «estaba llena», «había colas rodeando el claustro del Museo», «he intentado reservar la visita guiada y era imposible porque estaban agotadas las plazas».

«La afluencia de público demuestra que está siendo un éxito»

José Roda Peña, comisario de la exposición Pedro Roldán escultor (1624-1699)

– ¿Cómo ha sido la colaboración con hermandades, parroquias, conventos…?

He encontrado mucha generosidad por parte de los prestadores. Debemos tener en cuenta que son piezas que, en su inmensa mayoría, es la primera vez que abandonan sus emplazamientos originales. Las tallas vienen de parroquias, congregaciones religiosas, comunidades de clausura y coleccionistas particulares. Incluso han participado el Museo Nacional del Prado, el Museo Nacional de Escultura y el Museo de Bellas Artes de Sevilla, que desde el principio puso sus fondos a disposición. Todas las esculturas que se muestran han llegado a la exposición en un estado de conservación idóneo, gracias principalmente al esfuerzo económico de las instituciones. Tal es así que los prestadores se han encontrado con la gran ventaja de ver sus piezas restauradas por profesionales de primera categoría.

– ¿Deberían abrirse más los conventos y parroquias para ver las obras de Roldán?

Eso sería lo ideal. Pero tampoco podemos exigir a las comunidades religiosas más de lo que cada una puede dar. En el caso de las de clausura, no están para actuar de porteras. Ellas piden ayuda y voluntariados y estoy seguro de que, poniéndole unas facilidades muy básicas, la mayoría de nuestros conventos se podrían abrir más horas de las que ya están.

– ¿Hay más actividades que celebren el IV centenario del nacimiento de Roldán?

La Asociación de Amigos del Museo de Bellas Artes de Sevilla ha programado tres conferencias. El 21 de enero, José Luis Romero hablará sobre el Contexto familiar y laboral de Pedro Roldán y el 18 de febrero, Francisco Herrera, cerrará el ciclo con La obra de Pedro Roldán y el retablo de su época. Estoy seguro de que 2024 va a ser un Año Roldán en todos los sentidos. A finales de este se va a celebrar un simposio sobre la importancia de Pedro Roldán en la escultura española de su tiempo. Y saldrán más iniciativas. No sólo de la Universidad de Sevilla, también de las academias y otras universidades que reclaman conferencias.

– ¿Es necesario reivindicar en pleno siglo XXI la figura de Pedro Roldán?

Pedro Roldán no es una figura que haya sido postergada y necesite una reivindicación. Es el escultor sevillano más destacado de la segunda mitad del siglo XVII y una de las personalidades más estelares del Barroco español. Roldán es un escultor apreciado y valorado gracias a la Semana Santa. Si fuera un autor desconocido no se explicaría que desde la apertura de la exposición ésta esté siendo un éxito con colas multitudinarias.

– ¿Hay alguna obra que considere que debería estar en la exposición y no está?

Como cofrade no se me ocurre pedir a una hermandad su imagen titular, porque entiendo que la relación devocional y de familiaridad que se establece con las imágenes lo impide. Pedro Roldán tiene, además, grandes grupos escultóricos presidiendo retablos mayores que no se pueden desencajar de su ubicación. Sin embargo, hemos acudido a las imágenes de las calles laterales de éstos porque son perfectamente representativas de su plástica. Roldán tiene tanta producción que podríamos crear una segunda exposición cuantitativamente tan numerosa como esta, aunque tampoco conviene redundar. Si estamos viendo una figura de San Miguel para qué traer otra de la misma época.

– ¿Cuál es la joya de la corona?

Hay dos esculturas pasionistas espectaculares. El Cristo Varón de Dolores del Hospital del Pozo Santo (1681). Una joya poco conocida porque nunca ha salido de su retablo. Es un Cristo alegórico, es decir, no es una representación histórica. También el Cristo del Perdón de Medina Sidonia (1671-1672). Llama la atención por su composición sumamente audaz. La imagen apoya la rodilla izquierda sobre la esfera terráquea y el resto del cuerpo se encuentra suspendido en el aire.

La exposición cuenta también con varias miniaturas que son auténticas maravillas. El San Juan evangelista del convento de Santa Clara de Montilla (Córdoba) o el Cristo de la Caridad del hospital homónimo. Esto se debe a que se ha buscado que vinieran, mayoritariamente, obras maestras y no piezas de valor secundario.

«Es retablo de la Santa Caridad es uno de los mejores de todo el Barroco internacional»

José Roda Peña, comisario de la exposición Pedro Roldán escultor (1624-1699)

– ¿El Varón de Dolores se presenta en la exposición de una forma poco habitual?

Junto al lienzo que inspiró a Roldán. Un lienzo anónimo madrileño que regaló Ana de Trujillo al Hospital del Pozo Santo. Tras la consagración de la iglesia se pidió a Pedro Roldán que realizara su propia interpretación. El resultado final es una réplica del Varón de Dolores de la Venerable Orden Tercera de Madrid. Ese guiño se repite en el San José con el Niño de la Catedral. Esta talla se muestra junto a una pintura de Francisco Meneses Osorio. Roldán se convierte con esta escultura en el consagrador y máximo difusor de la iconografía del Patriarca Bendito, como demuestra que su modelo lo repitieran los grandes maestros de generaciones posteriores.

– ¿Con qué obra se quedaría de Pedro Roldán? ¿Por qué?

El programa escultórico del retablo del Hospital de la Santa Caridad es una obra absolutamente cumbre. Aunque hay que apuntar que forma una unidad donde no cabe desencajar las esculturas de la arquitectura o del dorado y la policromía del mismo. Estamos hablando de una obra en la que participan artistas de primera fila. Se trata de uno de los mejores retablos de todo el Barroco internacional, donde Roldán se muestra en la cima de su creatividad y talento artístico. es una obra insuperable dentro de su producción, pero, teniendo en cuenta que, lo diseñan varias manos.

– ¿Y en el caso de la imaginería exenta?

Nuestro Padre Jesús de la Columna de Lucena (Córdoba) es una pieza soberbia. La imagen data del año 1675 y funciona exactamente igual que hace 400 años, como demuestra el hecho de que siga procesionando en la Semana Mayor de esta localidad cordobesa. Otra obra destacable es el misterio del descendimiento de la sevillana Hermandad de la Quinta Angustia. Hasta el más insensible considera este conjunto escultórico de Roldán como uno de los mejores que tiene nuestra Semana Santa.