Al oso le costaba dios y ayuda mantener el orden en su caótica lavandería: tenía allí un zoológico y la tabla de planchar volaba y hablaba (viernes y sábado, Teatro Central). 

Miguel Ybarra Otín
. En ‘Esta puerta es demasiado pequeña (para un oso)’, todo surrealismo y absurdo, escenario y vestuario llevan la firma de Lot Lemm; coreografías y dirección, de Grace Ellen Barkey & Needcompany. Concepto: Lemm & Barkey. La música, otro pilar, es de Rombout Willems.
Cálida guitarra en ocasiones, música más divertida en otras (desenfadado y banal tema incluido): distintos registros como tiene la misma vida, de alguna forma reflejada en este loco escenario donde personajes caricaturescos y esperpénticos hacen bromas y celebran estar vivos. Los contempla seria, triste, como avergonzada, una de las bailarinas que termina después festejando de igual modo: “I’m alive!”.
Una celebración es esta obra. “Mirar una fantasía sin traducir, sin interpretar”, decía una crítica al respecto de una anterior obra de Grace Ellen Barkey. Quizás. Quizás a veces sea todo así de absurdo, pero aquí estamos. “Odio la realidad, pero es el único lugar en que te puedes tomar un buen filete”, recuerdo ahora la cita de Woody Allen.
Y nada es odioso en el mundo Lemm & Barkey, que -aún con sus extrañas y feas figuras- nos brinda después coreografías de mucho encanto porque, además de raros y marginales los personajes, son esos mismos intérpretes unos magníficos bailarines.

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