MuseoRestauraAltar

La pintura, que se encontraba oculta tras un damasco, vuelve a lucir como el primer día tras tres meses de restauración.

Un paisaje montañoso servía hasta mediados de siglo de marco en la capilla del Museo para las imágenes del Cristo de la Expiración y la Virgen de las Aguas. La pintura se encontraba oculta tras una tela adamascada que la actual junta de gobierno de la Hermandad ha decidido retirar recuperando una estampa de la capilla ya olvidada.

La pintura realizada al temple está firmada en 1899 por Enriqueta Reyna y ha sido intervenida por Manuel Antonio Ruíz-Berdejo, restaurador y prioste de la Hermandad del Museo. La intervención ha consistido en una limpieza cromática, fijación de la pintura, reintegración cromática y barnizado. Así como la eliminación de barnices antiguos y de repintes que embastecían la obra original.

La obra se pudo admirar enmarcando la silueta del Cristo de la Expiración hasta bien entrados los años 60 y recuerda irremediablemente al retablo cerámico que la Capilla del Museo luce en su fachada obra de Antonio Morilla Galea.