La Madrugá de Sevilla vuelve a congregar a miles de personas en la que es la noche más larga del año en la capital hispalense. Después de dos años de encierro obligado, los vivas a las Esperanzas o el silencio absoluto al paso de las hermandades de negro vuelven a resonar en las calles del centro histórico.

Con todas las hermandades recogidas en sus templos, culmina La Madrugá de Sevilla más esperada de todos los tiempos. Una noche que ha transcurrido con relativa normalidad desde que la Esperanza de la Macarena, la primera cofradía en llevar a cabo su estación de penitencia, pusiera sus imágenes en la calle.

El Señor de la Sentencia y la Virgen de la Macarena fueron de los más esperados en esta Madrugá. Miles de personas se congregaron alrededor de la Basílica para verlos salir y deleitarse con las saetas que se les dedicaron.

Tras ellos, el Silencio y el Gran Poder salieron también de sus templos, siendo el Silencio la primera hermandad la que inauguró la Carrera Oficial de esta Madrugá sevillana. Ambas cofradías también discurrieron con normalidad durante toda la noche y parte de la mañana de este Viernes Santo.

La Esperanza de Triana fue otra de las más esperadas de este día. Su Cristo de las Tres Caídas y la Esperanza de Triana fueron aclamados por la multitud que los esperaba a la salida de la capilla de los Marineros, desde donde empezó su estación de penitencia.

El Calvario y Los Gitanos fueron los últimos en salir a procesionar. A pesar de algunos pequeños altercados a la salida del Cristo de la Salud, la noche pudo transcurrir con normalidad.

Ahora, con algunos minutos de retraso, las hermandades se encierran poco a poco en sus templos, esperando de nuevo a que pase, esta vez sí, otro año más.

Periodista. Comunicando y aprendiendo de todo a mi alrededor. Involucrada en el periodismo social.