El gasto medio de la celebración de la primera comunión puede alcanzar, en una ceremonia sin alardes, los 3.600 euros. En un contexto de crisis, la Unión de Consumidores recomienda elaborar un presupuesto, fijar los gastos imprescindibles y comparar precios en productos y servicios. Todo para que la familia no se quede también blanca ante tantos gastos.
Antonio Campos. Para muchas familias, será un jarro de agua fría. Si ya de por sí las cuentas no cuadran, habrá que resolver verdaderas ecuaciones si, en medio de la crisis, se presenta la comunión del niño. Y es que, la que debería ser una celebración religiosa y muy festiva -que aún así lo sigue siendo-, se convierte para muchos hogares en todo un vía crucis si lo que se pretende es que ese día los pequeños vistan de blanco impoluto y el posterior convite deje satisfechos a todos.
El mes de mayo es, precisamente, conocido por este sacramento. Las primeras ceremonias ya se han oficiado. Pero todavía quedan muchas más. Atrás quedan semanas de mareos y dolores de cabeza por encontrar aquel traje que más se ajusta al presupuesto familiar y por dar con un restaurante donde no sólo el olor a marisco conlleve ya sacar la tarjeta de crédito.
Y ante esta tradición, la Unión de Consumidores echa cuentas. El desembolso para la primera comunión alcanzará, perfectamente, los 3.600 euros. “Las comuniones son auténticas minibodas, donde una familia se puede gastar tanto como quiera”, nos explica Miguel Ángel Ruiz, presidente de la Unión de Consumidores de Cádiz. “Hay para todos los gustos y para todos los bolsillos”.
“El problema es que, en tiempos de crisis, esta ceremonia golpea muy de lleno a las familias que tienen que celebrarlas, y por eso nos preocupa mucho el hecho de que las comuniones puedan suponer una auténtica losa para sus economías, habida cuenta de todos los gastos que no se pueden obviar”.
Con todo, la crisis también se nota a la hora de vestirse de blanco por primera vez -y sin compromiso-. Aunque parezca mentira, gastamos mucho, pero menos que en años precedentes. “En todo lo que conlleva un acto de consumo, desde la Unión de Consumidores estamos observando una tendencia al gasto inferior. Incluso los precios de muchos productos y servicios relacionados con la primera comunión los estamos viendo sensiblemente inferiores a los de años atrás”, explica Ruiz.
En cualquier caso, el esfuerzo económico que tienen que realizar las familias sigue siendo importante, y las cifras hablan por sí solas. Más de medio millón de las antiguas pesetas. Es lo que nos cuesta el primer cuerpo de Cristo. “Y eso en una primera comunión sin muchos alardes y prácticamente con lo justo”, apunta el presidente de los consumidores de Cádiz. Y es que, podemos hablar de celebraciones que llegan a costar mucho más en función de la calidad de los productos y de los servicios que se contratan.
Ideas frente a la crisis
Sea como fuere, dicen que la crisis agudiza el ingenio. Y de nuevo, aquí, nos encontramos con él. “Hay consumidores que a través de facebook y de nuestra página web han lanzado ideas como la de celebrar el banquete en casa. La situación económica de las familias es verdaderamente preocupante y esto hace que, en muchas ocasiones, se tire de imaginación”.
No obstante, hay que hacer notar que la iniciativa no es novedosa. Si se echa la vista apenas unos años atrás, se recordarán unas celebraciones muy distintas a las actuales. “Sin tanta sofisticación”, rememora Miguel Ángel Ruiz. “No podemos olvidar que de lo que se trata es, ante todo, de que la comunión sea una diversión para el niño o la niña”,
Pero, ¿en qué se nos va la mayor parte del presupuesto? Si se mira a los gastos imprescindibles, y amén del traje del chaval -sobre todo de la chavala, mucho más caro. “Hemos visto hasta trajes de diseño de 6.000 o 7.000 euros”-, lo más costoso es el convite. “Aquí es donde los consumidores pueden ahorrar más o menos. Hemos encontrado menús que van desde los 12 euros y hasta los 120. Evidentemente la calidad no es la misma, pues no se puede pedir lo mismo ante tal disparidad, pero sí que nos hemos encontrado con platos muy parecidos con una diferencia de entre 15 y 20 euros, y ahí es donde el consumidor tiene que saber buscar y comparar”.
Entendido así, resulta complicado negar que las comuniones sean todo un negocio. De hecho, y siguiendo con las similitudes con las bodas, empiezan a proliferar las listas de primera comunión. Una perfecta campaña de marketing.
Planificación y presupuesto
Así las cosas, ¿cómo podemos ahorrar en una primera comunión? “Desde la Unión de Consumidores recomendamos elaborar un presupuesto, ver qué gastos podemos tener, concretar una partida aproximada sobre posibles imprevistos que puedan surgir y otros posibles gastos. Pero, sobre todo, esta planificación debe estar conforme a nuestras posibilidades económicas, y no tirar muy por alto, para que no nos suponga luego un auténtico esfuerzo”, recuerda Miguel Ángel Ruiz,
Una vez que tenemos el presupuesto, nuestra recomendación es comparar precios y calidades, porque aquí es donde podemos ahorrar. “Nuestros informes son muy claros. Si hablamos del vestido del niño o la niña que realiza la primera comunión, que se acompaña de muchos complementos, es evidente que no vamos a encontrar un establecimiento en el que todo, en su conjunto, sea más barato: en un sitio lo será la ropa, en otro lo serán los complementos. Esta labor comparativa nos puede servir para ahorrar algunos euros”.
Además, conviene tener algo muy claro: no recurrir a los créditos rápidos si no es extremadamente imprescindible. “Estos créditos nos plantean un tipo de interés mucho más elevado que un banco o una caja de ahorros. En el caso de los préstamos personales, los intereses superan el 20%, frente al 7 u 8% de nuestra entidad habitual”, sentencia el presidente de la Unión de Consumidores de Cádiz.