La historia de un hombre y un sueño. La historia de como se construyó un icono de Sevilla
reconocido a escala mundial como una de las obras más interesantes de la arquitectura,
escenario de numerosas películas. Es la historia de Aníbal González y la Plaza de España.


El proyecto Aníbal. El arquitecto de Sevilla se encuentra con los rodajes prácticamente finalizados y ya en su etapa de edición. Se presenta este martes 14 de marzo en la sección 5 Minutos de Cine del Festival de Málaga, en la Sala Rectorado de la UMA a las 19:00 horas. La rueda de prensa contará con la presencia del director Paco Ortiz y el productor de la película José Carlos de Isla y se mostrará en primicia un teaser elaborado para dicha presentación.

La película producida por Sarao Films (Algo Salvaje. La historia de Bambino, 13. Miguel Poveda, Acariciando el aire. Matilde Coral, Una Vez Más, A Remo o Tierras Solares entre otras producciones), está participada por Canal Sur, apoyada por la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales de la Junta de Andalucía e ICAS – Ayuntamiento de Sevilla.

Sinopsis corta

Dice Arturo Pérez-Reverte que «nadie podría inventarse una ciudad como Sevilla». Lo cierto
es que hubo un tiempo en el que una serie de elegidos transformaron su fisonomía y crearon símbolos identitarios en una urbe milenaria. Desde entonces, Sevilla tiene una deuda pendiente con el Regionalismo. No se ha hecho justicia, ni un merecido reconocimiento al estilo que actualmente le confiere la imagen misma de la ciudad, el tejido que envuelve su excelsa monumentalidad.

Fue Aníbal González quien capitaneó este movimiento que enlazará a la perfección con el sentimiento sevillano, erigiéndose como su estilo por antonomasia. Sevilla no sería la misma sin la obra de Aníbal, y sus construcciones forman ya parte de la historia universal en forma de un legado que hoy en día, es admirado por todo el mundo.

Nota de dirección acerca de la historia de Aníbal González

Hasta ahora sólo conocía la obra de Aníbal González. Para mi era un absoluto misterio su vida, la de un hombre capaz de sostener un proyecto faraónico en un tiempo de penurias y conflictos. Cuando leí que tanto su origen como su final fueron humildes, que fue apartado de la dirección del proyecto dos años antes de su inauguración, que fue disparado por los mismos obreros que él defendía frente a la patronal, que se codeó con la generación más brillante de escritores de este país, que re-urbanizó y dio a Sevilla algunas de sus señas más características… la curiosidad se convierte en obligación, la de trasladar a la sociedad una historia única y conmovedora.

La posibilidad de explorar en paralelo una vida llena de luces y sombras, con protagonismo en momentos cruciales de la historia y sobre todo, ligada a algunas de las obras más singulares de una ciudad como Sevilla, se me antoja una delicia visual de gran interés cultural. Recorrer los interiores de la Plaza de España, el Pabellón Real o el Mudéjar, el Parque de María Luisa o las numerosas construcciones en la sierra de Aracena conforman un viaje apasionante por una época en busca de un estilo propio en la arquitectura, la eterna lucha entre las vanguardias y el clasicismo que impregnó una ciudad de belleza y arte.

Hoy en día, Aníbal sigue más vivo que nunca. Salen a la luz numerosas publicaciones y estudios sobre su obra, se ha erigido un busto frente a la Plaza de España pero sobre todo, el mayor logro es la aprobación para el diseño de un museo que conmemore su singular estilo en una ciudad que mira de cerca los fastos del centenario de la Exposición del 29. Todo esto son factores que intentan poner en relieve una figura imprescindible que dejó una huella eterna en una ciudad como Sevilla.