El Real Alcázar de Sevilla ha iniciado las obras de restauración y conservación de uno de los elementos patrimoniales más simbólicos y popularmente reconocidos del monumento: el estanque de Mercurio, que data del siglo XVI. Con un presupuesto de 291.291 euros, esta iniciativa continúa la estrategia del Ayuntamiento de intervenciones constantes sobre el patrimonio del recinto palaciego y su diseño técnico trata de recuperar en lo posible la imagen original de este espacio, incluyendo el sistema hidráulico con la totalidad de los surtidores, cuyo correcto funcionamiento se ha ido perdiendo con el paso del tiempo.

Con tal fin, se ha partido de un intenso trabajo de investigación multidisciplinar para conocer en profundidad los múltiples elementos pétreos, arquitectónicos y artísticos que conforman el estanque y el comportamiento medioambiental (agua, avifauna). El resultado es, pues, una intervención patrimonial adaptada a las características materiales y estéticas del estanque y a los requisitos necesarios para su conservación.

En concreto, se abordará una intervención patrimonial integral sobre el Estanque de Mercurio que permitirá recuperar el sistema hidráulico y los surtidores de agua que rodean el estanque, para lo que se ejecutará el correspondiente circuito de tuberías, se protegerá el pavimento circundante y los pilares de mármol de la balaustrada; se limpiará el interior del estanque, vaciando el mismo previa salvaguarda y traslado de los peces –se han distribuido por otros estanques del monumento– y eliminando la biocostra, la película de carbonatación y la suciedad en general; se consolidarán todos los materiales; se procederá a reintegraciones volumétricas; se limpiará la balaustrada, retirando los restos de pintura al objeto de encontrar la original, la película de carbonatación y la corrosión y realizando, posteriormente, la inhibición del hierro y corrección de las deformaciones en sus pletinas con las reintegraciones volumétricas que sean necesarias; se protegerán la balaustrada y sus remates decorativos; se limpiarán con métodos químicos y mecánicos las características bolas y se protegerán con cera microcristalina; y se limpiarán, inhibirán y protegerán los leones de bronce de las esquinas.

Estos trabajos también atañen al pedestal y pilar central del estanque. En el vaso se procederá a la limpieza y al tratamiento de los caños cerámicos, fijando la superficie vítrea de las piezas cerámicas (alizares). Se procederá, por último, a un análisis pormenorizado de los materiales que componen el grupo escultórico renacentista del surtidor (es decir, la escultura del dios Mercurio) para una posterior intervención patrimonial específica. Una vez que culminen estas labores, se procederá al llenado y la repoblación del estanque.

El Estanque de Mercurio era la antigua alberca que recogía las aguas procedentes del acueducto romano, reutilizado por los musulmanes, conocido como los ‘Caños de Carmona’, que regaba las huertas y jardines del Real Alcázar. A partir de 1575 se transformó en estanque y se corona con una escultura renacentista en bronce del dios Mercurio, realizada por Diego Pesquera y fundida por Bartolomé Morel. Este mismo artista fundió las rejas, las bolas y los leones que rodean el estanque.