Embalse de Melonares. Emasesa

El consejo de administración de Emasesa aprobó ayer, y así se dio trasladado a su junta general de accionistas, una congelación de la ordenanza reguladora de la prestación de los servicios de abastecimiento domiciliario de agua potable y de saneamiento y, en consecuencia, no habrá incremento en su precio para el año 2023.

El precio del agua se mantendrá, por tanto, en los mismos términos que en la actualidad, lo que supondrá el tercer ejercicio consecutivo de congelación de la factura, y ello pese al encarecimiento de le energía y de las materias primas. «En una coyuntura de incertidumbre económica, crisis energética e inflación, la decisión de Emasesa ha sido congelar nuevamente el recibo del agua para el año 2023, y así contribuir a las economías de los hogares y las empresas», ha dicho el alcalde de Sevilla y presidente de la empresa metropolitana de aguas, Antonio Muñoz. A la vez, Emasesa mantendrá su compromiso inversor en la mejora de las redes de abastecimiento y saneamiento y, sobre todo, en cuanto a la planificación de las grandes infraestructuras de colectores que eviten las inundaciones ante los episodios de fuertes y persistentes lluvias. Durante tres ejercicios consecutivos, la empresa pública no ha tenido siquiera en cuenta la evolución de la inflación y esta no ha sido repercutida en los recibos del agua.

Gracias a la planificación de obras y al esfuerzo colectivo, se declarará la alerta por sequía el próximo lunes (después de varios meses en prealerta y cuando se prevé que los embalses bajen de los 268 hectómetros cúbicos) sin aumentar el recibo del agua ni realizar cortes en el suministro de agua. Esta fase de alerta implica la publicación de bandos municipales en los respectivos ayuntamientos instando a todos los ciudadanos, organismos, empresas y demás colectivos sociales a un uso racional, responsable y solidario.

Esta fase supone, asimismo, la activación de la ordenanza municipal reguladora de las medidas excepcionales aplicables al abastecimiento domiciliario de agua potable como consecuencia de la sequía, que recoge la supresión de los consumos de uso ornamental, recreativo y cualquier otro que no sea esencial, además de definir posibles sanciones en caso de incumplimiento. En cambio, debemos insistir en que la ordenanza no cambia y, en consecuencia, el precio del agua no sube, sino que se congela.

Antonio Muñoz, por último, ha agradecido la positiva respuesta que ha tenido la ciudadanía y las empresas a los llamamientos a ahorrar agua ante la bajada del nivel de agua embalsada por las escasas precipitaciones y la incertidumbre del nuevo año hidrológico.