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La Academia Oso Panda organiza por quinto año consecutivo una fiesta conmemorativa con danzas, manualidades y comidas típicas, a la que acudieron 200 personas para rendir homenaje al Mono.

El Alamillo fue ayer el escenario en el que 200 personas celebraron la llegada del Año Nuevo Chino, que en esta ocasión rinde homenaje al Mono. La Academia de chino Oso Panda ha reunido, por quinto año consecutivo, a alumnos, amigos, familiares y profesorado, quienes han disfrutado de una jornada repleta de actividades culturales y gastronómicas con sabor oriental, para dar la bienvenida al Año del Mono.

El rojo y el dorado han sido los colores protagonistas del evento, dado que con ambos se atrae la buena suerte en la cultura oriental. Las actividades han tenido lugar en el Cortijo del Parque del Alamillo y han sido muy diversas. Además, con motivo del quinto aniversario de la primera celebración de esta fiesta, Oso Panda había diseñado un programa especial, al contar con la participación de entidades colaboradoras externas que han aportado una enorme riqueza cultural, como la Escuela Mushin-Do.

El maestro de esta escuela, Juan Parkinson Ferreira, instructor de Tai Chi Chuan, ha explicado brevemente las ventajas de esta modalidad y ha animado apasionadamente a los asistentes a que realicen deporte a menudo. «Cuando vamos a algún lugar a hacer ejercicio debemos sentirnos mucho mejor cuando salimos que cuando entramos. Sobre todo las partes del cuerpo que no se ven, y más en esta sociedad que nos ha tocado vivir», comentó el especialista.

Otra de las actividades más llamativas y exitosas del día fue la Danza del León, a cargo de la Escuela Internacional de Kung Fu Chiang-Lee, que protagonizó el momento más divertido del evento. Una vez finalizado el espectáculo, los asistentes disfrutaron de un almuerzo con platos típicos chinos.

Los alumnos de cursos más avanzados se convirtieron en protagonistas y realizaron diferentes actuaciones en chino. A mediados de la tarde los estudiantes se dividieron en cuatro grupos y realizaron diferentes actividades como caligrafía con pinceles y tinta china. Y para finalizar la jornada se sirvió una merienda para celebrar unidos el Nuevo Año Chino, que puso el broche de oro al espléndido día, inmersos en la cultura oriental, que disfrutaron juntos alumnos, padres, amigos y profesorado.