Tras 12 meses de intensa labor en los propios talleres de restauración del Real Alcázar de Sevilla, fue presentada en el día de ayer por Antonio Rodríguez Galindo, alcaide del Alcázar, la armadura perteneciente al Comedor de la familia, que vuelve de esta manera a su lugar de origen con un aspecto mejorado.

Pablo Lara /Sevilla Actualidad. La construcción  de dicho comedor, es situada por algunos autores entre los años 1540 y 1546 cuando se hace referencia a una serie de intervenciones en un ‘nuevo cuarto’, el cual abarcaría tres piezas, El Comedor Familiar, el Antecomedor de la Familiar y el Comedor destinado a los ayudantes, todo ello situado en el denominado Cuarto Real Alto.

En cuanto a la armadura, se trata de una pieza anterior a esta época, ya que se corresponde con un elemento mudéjar trasladado desde alguna de las estancias de la planta baja, hecho que ha sido muy habitual en casi todas las armaduras restauradas hasta día de hoy en dicho Cuarto Real.

Las numerosas intervenciones que ha tenido la armadura a lo largo de todo este tiempo, ha provocado que ésta llegase a los talleres de restauración en un estado precario tanto en estructura  en sus revestimiento polícromos, descubriendo incluso hasta tres y cuatro capas decorativas superpuestas, dependiendo de la zona. De esta manera se han encontrado restos de diferentes etapas como puede ser la mudéjar, la renacentista e incluso se han hallado repintes del XIX –XX.

En relación con el proceso de restauración que se ha llevado a cabo para dicha armadura, cabe mencionar que han sido seguidas las mismas pautas que para el resto de las piezas ya intervenidas. La restauradora encargada del proceso, Inmaculada Ramírez López, explicó de manera detallada cómo se han tenido que realizar numerosas intervenciones sobre ella debido a su estado, poniendo prioridad a la consolidación estructural, así como a la recuperación de sus policromías originales, siendo esta última fase, mucho más problemática que en los ejemplares anteriores. Un trabajo que ha durado 12 intensos meses y en el cual se han invertido una cantidad aproximada de ciento dieciocho mil euros.

La base fundamental de dicha intervención ha sido la idea de unicidad con la que fue concebida la obra. Para eso se han tenido en cuenta los diferentes criterios establecidos por las distintas Cartas Internacionales, respecto a la materialidad de la obra, su reversibilidad, así como sus materiales, sus técnicas afinas y sus criterios de diferenciación. Además se han intentado recuperar los valores primitivos de este tipo de armaduras, muy necesitadas de la luz y el color que ha ido perdiendo a lo largo de los años motivado por la suciedad, el desconocimiento o incluso el descuido de la pieza.

Y fue el mismo alcaide el que afirmo que “pensando en el valor patrimonial de este lugar no podemos permitir que la gente pasee por aquí libremente y por eso la exigencia de un guía” añadiendo que el único rincón al que no se puede acceder son los aposentos de los reyes.

Los Reales Alcázares de Sevilla

Los Reales Alcázares de Sevilla son datados en la Alta Edad Media y sirven como lugar de alojamiento de los miembros de la Casa Real y Jefes de Estado que visitan la ciudad. Las dependencias reales situadas en la planta superior del palacio pueden visitarse en grupos de máximo 15 personas y acompañados de un guía personal.

Así, esta parte alta se abre cada media hora permitiendo a los turistas acceder a ellas por 4,20 euros y disfrutar de lugares tan emblemáticos como el Oratorio de los Reyes Católicos, El dormitorio de Pedro I, el comedor de la familia Real o la Sala de Billar.

www.SevillaActualidad.com