La Fiscalía de Sevilla pide más de 12 años de cárcel para los siete acusados de delitos de desorden público por los incidentes de la Semana Santa de 2017. Además, pide la absolución de cuatro mujeres que en La Madrugá del Viernes Santo de ese mismo año comenzaron a correr, aparentemente, «sin causa justificada» en las inmediaciones de la Puerta de Jerez de Sevilla, una reacción que, a pesar de las circunstancias, no causó «tumulto ni lesiones de personas o daños en el mobiliario urbano».
El Ministerio Público ha presentado su escrito de conclusiones provisionales en el juzgado de Instrucción número 5 de Sevilla, solicitando una pena de dos años y medios de cárcel para cinco acusados y un año para otros dos procesados.
La hipótesis que sostuvo Sevilla Actualidad sobre el origen de estos desórdenes, en torno a una pelea en la calle Arfe se ratifican. El fiscal considera que los cinco principales acusados se pusieron «previamente de acuerdo, con el fin de causar alteración del orden e infundir miedo a las personas» a propósito de las tensiones que acabaron en enfrentamiento en un bar de la calle Arfe.
Tras esto, la concatenación de hechos estuvo servida y comenzaron a «vociferar, provocar ruidos y dar golpes al mobiliario urbano, lo que causó una situación de miedo entre los componentes de la banda, que interrumpen bruscamente la marcha que estaban interpretando y se tienen que acercar a las fachadas de los inmuebles de la calle Chapineros y provocando carreras del público que se hallaba en el lugar para alejarse del mismo incluso en la misma dirección que venía el cuerpo de nazarenos».
Se trata, según el fiscal, de «puntos neurálgicos» de la Semana Santa Sevillana, por donde transitan un importante número de cofradías, escenario perfecto para provocar pánico y colapso entre el público.
El fiscal reconoce cierta debilidad en el sistema de seguridad de la Semana Santa de Sevilla por tratarse de un evento de gran atracción popular y turística, pero se han descartado delitos contra el sentimiento religioso.