La joven ha refutado esta mañana su última versión y ante el tribunal ha asegurado que Miguel le dijo que tenía que ir a León XIII a limpiar un charco de sangre.
Rocío, la menor de Camas con la que Miguel Carcaño mantenía una relación sentimental cuando murió Marta del Castillo, ha implicado esta mañana al hermano de éste, Francisco Javier Delgado, en el crimen.
En la octava sesión del juicio celebrada hoy en la Audiencia Provincial de Sevilla, la adolescente ha dicho que Miguel salió en la noche del 24 al 25 de enero de su casa de Camas, y que además lo hizo por la ventana, en dirección a León XIII, donde él mismo le dijo que iba a “eliminar unas pruebas”.
Según ha concretado Rocío, que hoy ha declarado como testigo protegida por una mampara, el propio Carcaño le dijo que iba a limpiar un charco de sangre después de haberle asestado un golpe a Marta con un cenicero y propinarle patadas y puñetazos junto con su hermano Francisco Javier.
La menor ha apuntado, asimismo, que “Miguel, su hermano y unos cuantos más arrojaron el cadáver” de Marta del Castillo a una zona de Camas que no pudo averiguar, a pesar de insistirle a Carcaño.
Esta versión, que no coincide con la última aportada durante la investigación, ha sido ratificada, no obstante, por su madre, Soledad Gómez, que también ha declarado esta mañana como testigo ante el tribunal.
Gómez ha dicho, además, que fue Miguel quien, en un encuentro en la cárcel de Morón, le dijo que había mantenido una “bronca” con Marta aquella noche y que “se le fue la mano, cogió un cenicero y le dio un cacharrazo”, explicando así las causas de su muerte.
Según su versión, el propio asesino confeso le habría confesado que el menor apodado ‘el Cuco’ y Samuel Benítez colaboraron en la ocultación del cadáver, que transportaron en el vehículo de un tío de éste último. “Me dijo que le preguntó a Samuel, pero que no le dijo dónde estaba”, ha insistido.
La última sesión del juicio ha dejado, además, las declaraciones de otros testigos, como el dueño de un bar situado cerca de León XIII, que ha insistido en que vio a dos jóvenes con una silla de ruedas y un bulto en dirección a unos contenedores en torno a las 2:00 horas del día 25, pero que no pudo verles el rostro porque iban cubiertos por unas capuchas.