Los padres de Marta del Castillo han llegado a decir que sólo con saber dónde está el cuerpo de su hija «sería un alivio». Tanto Antonio del Castillo como Eva Casanueva han recordado los angustiosos momentos que vivieron en la tarde-noche del 24 y madrugada del 25 de enero sin saber dónde estaba Marta.
La sesión ha comenzado con el habitual retraso de 20 minutos en su inicio. Así, ha sido pasadas las 10:20 horas cuando el tribunal ha reanudado el juicio por la desaparición y muerte de Marta del Castillo.
En su inicio, el abogado de la familia de la joven sevillana, José María Calero, ha solicitado la ya anunciada cuestión de inconstitucionalidad por enjuiciar al menor apodado ‘el Cuco’ en un proceso distinto al que se lleva a cabo estos días.
Asimismo, ha solicitado, como anunciaron el pasado viernes Antonio y Eva, un careo entre Miguel Carcaño y Samuel Benítez para confrontar sus versiones, dadas las contradicciones que se han dado en sus testimonios de la pasada semana. Una petición a la que, por cierto, no se han opuesto ni el fiscal ni los abogados de la defensa.
Tras ello, ha comenzado la declaración del primero de los testigos: Antonio del Castillo. El padre de Marta se ha sentado por primera vez hoy ante el tribunal y ha podido entrar en la sala en la que se enjuicia a los presuntos responsables de la desaparición y muerte de su hija. Precisamente, y por la disposición de la sala, se ha sentado justo delante de los acusados, no sin antes mirar a la cara a Miguel Carcaño, el autor confeso.
A preguntas del fiscal, Antonio ha empezado a relatar los momentos que vivió el día que desapareció su hija. Para del Castillo, fue una jornada “normal”. “Salí a comprar a las 16:00 horas y volví a las 17:30 horas y vi a mi hija con Carcaño en el portal”, ha dicho. “Como iba cargado de bolsas, mi hija me abrió la puerta y le pregunté dónde iba”.
El padre de Marta ha continuado su relato asegurando que “cuando subí en el ascensor, seguían en el portal. Me extrañó verle allí”, ha precisado, “porque sabía que tenía otra novia y vivía en Camas”.
Antonio del Castillo ha continuado con lo que pasó aquella tarde-noche de 24 de enero. “Salimos y, al volver, nos extrañó que Marta no hubiera vuelto a casa. Tenía el teléfono apagado. Nos empezamos a preocupar porque no nos había dado ningún toque”, ha recordado.
Entonces, ha dicho, “Eva [su mujer] llamó a algunos amigos de mi hija, a Miguel, a Samuel, a Alejandra, a Cristian…”. A preguntas del fiscal, se ha parado en la conversación, precisamente, con Carcaño. “Mi mujer habló con Miguel dos veces, y escuché cómo le decía que le iba a echar a la policía encima si mi hija no aparecía”.
Es así como comienza la búsqueda desesperada de la joven sevillana por parte de sus familiares. “Fui al hospital a preguntar si había habido algún accidente. Llamé a la Policía Local y al 112. En ningún sitio me dieron información”.
Fue entonces cuando Antonio del Castillo acudió al fatídico piso de Carcaño. “Mi mujer me preguntó si me había pasado por la calle de León XIII y me acerqué. Vi que no había luz en las ventanas y no se escuchaba nada. Toqué en la persiana del salón, porque tampoco quería hacer ruido. Me marché de León XIII sobre las 00:50 horas hacia casa”.
Es entonces cuando, pasadas las 2:00 horas, y según el relato de Antonio, acudió a la comisaría para poner la denuncia. “A las 5:30 horas se presentaron en casa algunos amigos que habían estado buscándola y me dijeron que en León XIII había pasado algo raro. Por eso a las 6:00 horas hice una ampliación de denuncia”, ha apuntado.
Como respuesta a las últimas preguntas del fiscal, Antonio del Castillo ha reconocido que “no presté atención a las reacciones de ninguno de los amigos que la buscaron y Samuel estaba allí”.
Tampoco han faltado las referencias a su situación personal desde que desapareció la menor, su hija. “He estado un año con psicólogos y psiquiatras, pero lo he dejado, porque las pastillas me atontan. Estuve de baja cuatro meses. Estoy desesperado por encontrar a mi hija”.
Mientras tanto, del Castillo ha reconocido que en todo este tiempo “nos hemos sentido maltratados psicológicamente. Fue un varapalo escuchar una y otra versión”. “No nos están dando la oportunidad de enterrarla”, ha sentenciado.
Preguntas de los abogados. Es así como ha comenzado el turno de preguntas de los abogados. El primero en formularlas ha sido el letrado de la propia familia, José María Calero. Éste le preguntó por Carcaño. “Después del día 24 no conseguimos contactar con Miguel en ningún momento”, ha insistido.
A preguntas del abogado de Samuel Benítez, ha dicho que “la única sospecha que tenía es que a la última persona que había visto con mi hija era a Miguel y no podíamos localizarlo”. También le preguntó por su defendido: “La última vez que vi a Samuel fue cuando me acompañó a comisaría a poner la denuncia, pero no nos cruzamos palabra”, ha matizado.
Por último, y a preguntas del abogado de María García, ha explicado que “mi mujer conocía mejor la casa de Miguel porque trabajaba al lado”.
Eva Casanueva: “Sólo devolverme el cuerpo sería un alivio”
La segunda en declarar como testigo ante el tribunal ha sido la madre de Marta, Eva Casanueva que, a diferencia de su marido, no ha tenido fuerzas para mirar a la cara a ninguno de los acusados. Sentada justo delante de ellos, ha empezado a responder a las preguntas del fiscal.
“Mi hija estaba contenta ese día. Tenía varios planes y no sabía por cual decantarse”, ha dicho. Entonces, “llamaron al telefonillo y me dijo que era Miguel, que se iba con él porque tenía que aclarar unas cosas”.
Es entonces cuando enlaza con lo que poco antes ha comentado Antonio. Que sube con unas bolsas le dice “que les había visto y que les había avisado de que no quería que se fueran en la moto”. “No tenía buen concepto de él porque había salido un mes y medio con mi hija y, en aquel tiempo, Marta estaba triste y enfadada”, ha declarado.
A Eva Casanueva se le encendieron las alarmas cuando dieron las 22:00 horas. “No nos coge el móvil y empecé a preocuparme. En aquellos momentos su móvil daba tono de llamada. Luego, a veces saltaba el contestador y a veces había señal. La llamamos incesantemente”, recordó.
No fue la única persona a la que llamó. En ese momento, Eva empezó a llamar a los amigos de Marta que conocía. “Llamé a Alejandra porque sabía que había estado saliendo con Miguel, pero me dijo que tenía el mismo número de móvil que yo y me dio el número de Samuel. Le llamé y escuché música muy alta. Samuel me dijo que estaba en Montequinto y que Miguel le había dicho que había dejado a Marta a las 00:00, pero todavía no era esa hora”.
“Llamé a Miguel y hablé con él. Me dijo que había dejado a mi hija en el barrio y que ahora estaba en casa con su novia. Colgué, pero tuve ese presentimiento que dicen tienen las madres y sabía que había pasado algo. Le volví a llamar en un tono mucho más enfadada”, añadió.
Mientras tanto, el dolor no cesa. Según ha reconocido la propia madre de la joven, lo peor es no saber dónde está su cuerpo y qué hicieron con ella. “Seguiré hasta que me muera con la pena de no saber lo que han hecho. Tengo que escuchar que la mataron de un golpe, luego otra versión que dice que la violaron, otra que la estrangularon… y eso te hunde más”. Con tanto dolor, Eva Casanueva ha llegado a decir que, sólo con devolverles el cuerpo de su hija, “sería un alivio”.
El fiscal también le ha preguntado por el carácter de Carcaño. “Mi hija me contaba que Miguel, cuando se cabreaba, se liaba a patadas con las puertas de los contadores y los buzones. Le dije que tenía todo el perfil de un maltratador, y eso no se me olvidará nunca”.
Ha sido en su declaración cuando Eva ha sacado de nuevo la pista de la silla de ruedas. “Cuando mi hermano fue a León XIII, me dijo que alguien había visto a Miguel con una silla de ruedas. Tras enterarse de ello, mi hermano aporreó la puerta de León XIII. Delgado le abrió la puerta, dejó pasar a mi hermano hasta el salón y les cerró la puerta a los demás. Iba vestido con un pantalón de chándal y sin camiseta”.
Javier Casanueva destaca la actitud violenta del hermano de Miguel esa noche
Tras la declaración de cinco de los amigos de Marta del Castillo, y tras un receso de poco más de media hora, a las 13:40 horas ha testificado el tío de la joven sevillana, Javier Casanueva. Ante el tribunal, Javier ha confirmado que, aquella noche “fuimos a buscarla por las zonas de copas”. Después, se dirigieron a la casa de Carcaño en Sevilla.
“Vamos al piso de León XIII. Yo no sabía dónde era, pero me acompañaron unos amigos de Marta. Llamé reiteradamente, pero no contestó nadie. Toqué a otro timbre y un vecino me abrió la puerta. Fuimos al piso de Miguel, pero no abrió nadie, por lo que fuimos al final del pasillo a hablar con una mujer que iba en silla de ruedas. Su hijo dice que vio a Miguel sobre la 1:30 horas con una silla de ruedas y que le extrañó”, ha dicho.
Siguiendo con su relato, Casanueva afirma que “tras hablar con este vecino, golpeé la puerta de Miguel Carcaño con fuerza y su hermano abrió con una actitud violenta. Pensé que nos iba a pegar”, ha dicho. “Me dejó entrar y cerró la puerta a los demás. Todo estaba oscuro”.
“Le pregunto qué es lo que ha pasado con su hermano y me dice que no tiene nada que contar. Unos días después, nos llamó diciendo que quería entrevistarse conmigo”, ha confirmado.
“No se salió del guión. Sus respuestas estaban muy medidas”. Además, ha dicho que “el hermano de Carcaño me dijo que, para bien o para mal, lo que estaba haciendo su hermano era porque lo estaba asesorando él”.
Segunda semana de juicio
Duro trago el que les deparaba esta mañana a los padres de Marta del Castillo. Hoy, al fin, pudieron entrar a la sala de la Audiencia Provincial en la que se celebra el juicio por la desaparición y muerte de la joven sevillana. Sin embargo, ello les ha supuesto verse cara a cara con los principales acusados: Miguel Carcaño, Samuel Benítez, Francisco Javier Delgado y María García.
Y es que, hasta que no se ha producido su declaración, abriendo la segunda semana del mediático juicio, los familiares de la víctima no han podido asistir como público para presenciar el resto de las sesiones que aún quedan pendientes, hasta 17 más.
De esta forma, Antonio del Castillo y Eva Casanueva han sido los primeros en declarar como testigos desde las 10:20 horas de este lunes, cuando se ha reanudado el juicio. Tras ellos tuvo la palabra el tío de la menor y portavoz de la familia, Javier Casanueva. Y es que, aunque en un principio estaba previsto que lo hiciese el día 3, el tribunal aceptó la petición del abogado de la acusación para que todos pudieran declarar este mismo día y, a partir de entonces, tener acceso a la sala en la que se celebra la vista del juicio.
Junto a los familiares de la joven sevillana, hoy también han pasado ante el juez cinco testigos más.
El juicio por la desaparición y muerte de Marta del Castillo se reanuda después de que en su primera semana tan sólo quedase clara una cosa: que alguno de los acusados, si no todos, mienten. Y es que, ninguno dijo saber dónde está el cuerpo de la joven.
Las declaraciones de los acusados volvieron a manifestar coartadas muy débiles por las que, no obstante, están sentados en el banquillo de los acusados.
Sentencia del ‘Cuco’
Asimismo, este mismo jueves llegaba el esperado pronunciamiento de la Audiencia Provincial de Sevilla en torno a la sentencia del menor apodado el ‘Cuco’. De esta forma, la Sección Tercera ratificaba la sentencia del juez de Menores por la que se condenaba al menor a tres años de internamiento por un delito de encubrimiento en el caso Marta del Castillo. Sin embargo, la misma sentencia le absolvía de los delitos de violación y asesinato de la joven sevillana.
No obstante, la Audiencia introduce una novedad, y es que el menor tendrá que pagar una indemnización de 400.000 euros a las administraciones que pusieron en marcha los dispositivos especiales de búsqueda del cuerpo de Marta en el río Guadalquivir, el vertedero de Alcalá de Guadaíra y la casa de Camas.
Está por ver, pues, en qué medida la decisión de la Audiencia Provincial marcará el camino a seguir en las deliberaciones del tribunal. Y es que, empieza a ganar cada vez más peso la interpretación de que, sin el cuerpo de Marta, no se puede condenar a los acusados por delitos de violación y asesinato.