En el juicio, celebrado en la Audiencia de Sevilla, tanto la madre como el otro acusado, Jesús L.O. ,han negado los hechos mientras que la mayor de las víctimas-que hoy tiene 18 años- ha ratificado que su madre le hacía fotos desnudas a ella y a sus hermanas siendo menores y luego le hacía quedar con adultos para recoger dinero.

Los hechos ocurrieron entre 2012 y 2015 y fueron denunciados por el padre de una de las hermanas, que acompañó a la mayor, N.G.S. (que no es hija suya), a poner la denuncia a la Policía.

Tras ello, N.G.S. fue tutelada por la Junta -que se ha retirado hoy como acusación particular al haber cumplido este año la mayoría de edad- mientras que una de sus hermanas, que en el momento de los hechos tenía entre 5 y 6 años, pasó a vivir con otra hija mayor de la acusada (nacida en 1994), y la otra con su padre.

Durante su declaración, la madre -Elena S.T.- ha negado haber hecho fotos desnudas a sus hijas salvo en la ducha o el baño y unas fotos que la mayor le pidió porque «quería ser modelo», pero no hacía «nada» con ella mientras que sí ha admitido que «ofrecía mi cuerpo» en páginas de contenido sexual.

En una de esas web contactó con el otro acusado -Jesús L.O.-, quien al contarle que la iban a desahuciar con sus tres hijas, «desinteresadamente me ayudaba, lo único que quería era que yo estuviera bien y que mi hija estudiara», por lo que le llamaban «el ángel de la guarda».

Según su testimonio, le dio dinero «tres o cuatro veces» en persona que recogía N.G.S. cerca de donde vivían o en la estación de tren de Santa Justa porque venía de Madrid y donde una vez lo dejó en «una loseta» de dicha estación, pero «jamás» le pidió fotos de su hija aunque sí hablaba por whatsapp con N.G.S.

Cuando iban a desahuciarla y buscaba casa «se ofreció un muchacho y me dijo que había una mujer que me podía ayudar, me fui a su casa y allí estuve hasta que me echaron» quedándose dos de sus hijas allí pero «iba todos los días».

El otro acusado, Jesús L.O., ha relatado que vio la petición de ayuda enmilanuncios.com firmada por N.G.S. y tras 15 días hablando con una mujer que resultó ser Elena por whatsapp a través del teléfono del anuncio, decidió ayudarles.

Les dio tres veces dinero: primero «100 o 200 euros», luego «600 u 800 porque se iban a mudar y lo necesitaban para la fianza» y finalmente otros 100 o 200.

La primera vez le dijo a Elena S.T. que fuera a por el dinero a Santa Justa porque viajaba semanalmente de Madrid a Cádiz pero «mi transbordo era rápido, ella se retrasó y le dejé el dinero en un sitio».

Para las demás entregas quedó con la hija, con la que había hablado también por whatsapp, al principio creyendo que era la madre, si bien ha asegurado que «no pedí nada a cambio» ni la joven le comentó nunca que su madre la fotografiase desnuda.

Le pidieron más dinero pero «yo ya no podía» y la madre le mandó «fotos de sus hijas y le dije que no me parecía apropiado, pero no eran pornográficas, simplemente las borré».

N.G.S. ha declarado, muy nerviosa y entre lágrimas (separada por una mampara para no ver a su madre), corroborando que su madre le hacía fotos desnudas a ella y a sus hermanas «porque necesitábamos dinero para vivir», también la grabó desnudándose y «se hacía pasar por mí» para acceder a páginas pornográficas.

Quedó con distintos adultos que le dieron dinero, uno de los cuales le hizo proposiciones sexuales, entre ellos el acusado al que llamaban el ángel de la guardia que no recuerda si también le hizo alguna proposición sexual pero sí «que para que no me faltara de nada me fuera a vivir con él a Madrid con mis hermanas».

Aunque no ha sabido responder si Jesús O.L. -al que identificó en la Policía por fotos tras darles su número de teléfono- pidió fotos de ella desnuda a su madre, sí ha asegurado que vio «muchas veces» cómo su madre le enviaba fotos de ella sin poder concretar «ni cuántas ni de qué tipo».

También ha reconocido que tras irse a vivir a casa de una mujer con su hijo, discutieron y su madre se marchó con una de sus hermanas y ella se quedó en la casa al cuidado de la otra.

En el juicio, que seguirá el lunes, se ha escuchado el testimonio grabado de las dos hermanas cuando tenían 7 y 8 años que han corroborado que su madre les hacía fotos «en la ducha y secándose», poniéndoles «chupete» y la «toalla como un pañal».