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El Sevilla, con un recital de talento de sus hombres de arriba -Reyes, Marin, Rakitic y Gameiro- se desquitó de la decepción del jueves con un partido soberbio, un canto al buen fútbol con todas las de la ley.

Después del severo varapalo del pasado jueves, el Sevilla necesitaba un partido como el de este domingo para redimirse. Y la redención fue a lo grande, cuajando uno de los mejores encuentros en lo que va de temporada.

El equipo de Emery hizo de una cita inoportuna, por la resaca del derbi y la llegada de un rival que venía de vencer al Barça, un agradable paseo, doblegando al Valladolid con un fútbol alegre y asociativo de mucha altura, que enganchó a una afición que durante la segunda parte se limitó a pedir entrega y coraje para la vuelta de los octavos de la Europa League, que era lo de verdad interesaba a esas alturas, dada la inobjetable superioridad de los nervionenses sobre el campo.

Entrega y coraje, sí, pero el fútbol es mucho más que eso. El Sevilla dio buena prueba ante el Valladolid y este siempre debe ser el camino a seguir, porque aplicando entusiasmo y calidad al juego es muy difícil salir malparado. Emery puso en liza un once muy renovado, con Rakitic en punta de lanza de un trivote que formaba con Cristóforo e Iborra. Reyes y Marin escoltaban en las bandas a Gameiro, solo en punta. Fue una exhibición de talento por parte de los mediapuntas. Reyes y Marin pusieron al servicio del equipo su magia y lo demás cayó solo, casi por inercia.

En el ecuador del primer acto Marin se abrochó el cuero a su bota, rompió el entramado defensivo pucelano y se coló en el área, donde fue derribado claramente. Rakitic, desafiando a su mala racha, transformó desde los once metros y con la ventaja los de Nervión comenzaron su camino hacia una goleada inobjetable en la forma y en el fondo.

La excelencia se alcanzó en diversas fases del juego. Reyes y Rakitic se la echaban el uno al otro como si no existieran obstáculos en el campo, pero en los metros finales no estaban acertados. Gameiro, sin embargo, no perdonaba en el 41 un sensacional servicio al hueco de Marko Marin, que dio un nuevo giro al magisterio que estaba impartiendo.

La reanudación no templó los ánimos. El Sevilla continuó trazando un juego cercano a lo sublime que varias veces levantó a los espectadores de los asientos. Una de las mejores acciones llegó en el 53, con la soberbia ejecución de una falta, tirando del amplio repertorio de estrategia que manejan los nervionenenses. Rakitic a Marin, el alemán saca su tacón a relucir y Gameiro solo remata a gol, salvando Mariño el que sin duda hubiera sido uno de los golazos de la temporada.

La superioridad era tan aplastante que la afición con sus cánticos pensaba en el jueves, solicitando casta y coraje para darle la vuelta a una eliminatoria que está muy complicada. Pero en el campo se ofrecía otra vía, la de la calidad exquisita de un equipo que gustaba y se gustaba, sobre todo Reyes, comodísimo y ofreciendo un verdadero recital.

Tan metido estaba el utrerano en el encuentro que en el 66 interceptó un balón y dio un pase que fue parado con la mano por un defensa. Penalty y gol, ahora de Gameiro, para terminar de encarrilar un choque al que sin embargo le quedaban varios capítulos.

El 4-0 llegó ya con el Valladolid entregado en el 74, de nuevo con Reyes por medio, inventándose un pase genial que Diogo mandó con clase de delantero caro a la red. Dos minutos más tarde Javi Guerra adecentó el baño que estaba recibiendo el Valladolid, recortando distancias en un encuentro que en sus últimos quince minutos tuvo poca historia, siendo lo más destacable la vuelta de Mbia y la salida tocado de Cristóforo.

Con brillantez y una rúbrica de bellísima factura el Sevilla, en definitiva, logró su cuarto triunfo consecutivo en Liga, afianzándose en Europa y sobre todo dando carpetazo a la mala noche del pasado jueves, que debe quedar en eso, en una mala noche que todavía, ojo, es posible arreglar si se juega un fútbol de tanto esplendor como el que se hilvanó este domingo en el Ramón Sánchez Pizjuán.

Crónica facilitada por el Sevilla FC.

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