Audiencia Provincial de Sevilla / SA
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Una mujer ha sido absuelta de la condena por un delito leve de usurpación que le había impuesto un juzgado, después de ocupar durante varios días la oficina de su exmarido. Dicho inmueble era el antiguo domicilio conyugal, del que alegaba ser copropietaria.

El tribunal mantiene su condena por un delito leve de coacciones al haber «restringido» la capacidad de obrar su exmarido y del resto de empleados de la oficina.

En una sentencia recogida por Europa Press, la Sección Séptima de la Audiencia de Sevilla aborda un recurso de apelación de una mujer, contra una sentencia previa del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número uno de Lebrija, que le condena por un delito leve de coacciones y otro delito leve de usurpación, con la pena de una multa, 20 días de localización permanente y tres meses de prohibición de acercarse a su exmarido.

La mujer, ahora absuelta, invadió la oficina de su exmarido

El citado juzgado declaró probado que el Miércoles Santo de 2022, la mencionada mujer se reunió con su exmarido «en el domicilio social de la mercantil Falcón y Galán SCA, situado en la calle Sevilla número 54 de Lebrija, mercantil de la que el segundo es socio», para hablar de «determinadas cuestiones patrimoniales pendientes desde la ruptura del matrimonio» entre ambos.

«En este contexto, habiendo entrado ella en el domicilio social de la mercantil Falcón y Galán, con el consentimiento del socio de esta entidad (y exmarido de la misma), quien la citó allí, la conversación discurrió en un tono cada vez menos amistoso», señalaba la sentencia inicial del juzgado, exponiendo que finalmente, el varón «dio la conversación por terminada invitando a su exmujer a abandonar el establecimiento, negándose esta a ello hasta que él no accediera a pagarle determinada cantidad económica a la que ella creía tener derecho por el uso que la mercantil Falcón y Galán hacía del inmueble», antiguo domicilio de la pareja.

La mujer resultó absuelta, así pues, de la acusación de usurpación por ocupar la oficina de su exmarido. Sin embargo, se mantiene un delito de coacción.