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El hallazgo de una granada de mortero de la guerra civil en la localidad sevillana de Carmona ha hecho necesaria la intervención de varios agentes de Policía Local y Guardia Civil para asegurarse de que no existía riesgo de detonación.
Un vecino de este municipio alertó a los agentes tras pasar por la zona y ver este artilugio explosivo. Si bien el testigo en cuestión no estaba seguro de que se tratara de una granada de mortero, la investigación de los agentes cercanos a Carmona lo confirmó.
Dicha investigación ha arrojado resultados tranquilizadores, puesto que esta granada no puede explotar por faltarle un componente. De haber contado con esta pieza, podría haberse tratado de una situación mucho más peligrosa tanto para los agentes como para los vecinos de Carmona.
Concretamente, el explosivo se ubicó a apenas un kilómetro de la ciudad, en las inmediaciones del arroyo de Brenes, por donde circulaba antaño el tren de Los Alcores.
Además de la cooperación ciudadana, en este caso ha sido determinante la celeridad de la Policía Local y la Guardia Civil, que han subrayado que se trató de una operación rápida y ágil para neutralizar la situación.