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Voluntarios, encabezados por el párroco, han dado vida al templo cincuenta años después de cerrarse al culto.

La Iglesia de Santa María, ubicada en el Cerro de San Cristóbal de Estepa, ha permanecido cerrada durante cincuenta años, pero desde el pasado 25 de diciembre, y gracias a la labor desinteresada de voluntarios, ha vuelto a abrir para el culto.

Durante medio siglo, el templo ha permanecido cerrado sin actividad religiosa por su deterioro, aunque en ocasiones las escuelas taller del municipio han actuado para conservarla sin el éxito deseado porque nunca se reabrió de forma indefinida.

Puntualmente, sus puertas abrían en ocasiones especiales como el pregón de la Semana Santa o para algún concierto, cuenta uno de los voluntarios que prefiere mantenerse en el anonimato para no restar protagonismo al colectivo. Durante un periodo de tiempo, incluso, se usó para albergar el museo de arte sacro pero no estaba abierta en su totalidad, ya que había partes tapadas como el retablo mayor y un trascoro.

Desde septiembre de este año el párroco tuvo la idea de devolver este templo a la vida. Se rodeó de un grupo de voluntarios estepeños y comenzaron a actuar en el interior para devolverle el esplendor a la Iglesia de Santa María, cuyo origen hay que buscarlo en una mezquita sobre la que se edificó una primera iglesia de una nave con estética mudéjar. De ambas, mezquita e iglesia mudéjar, quedan restos evidentes en los pies del templo actual.

Finalmente, a lo largo del siglo XVI, se levantó la gran iglesia gótica cuya traza y condiciones fueron obra de dos canteros vizcaínos, Miguel de Beyçama y Sancho de la Garra.

Fue el pasado 25 de diciembre cuando se procedió a la reapertura tras meses de duro trabajo donde se han revisado techos y estructuras, quitado los andamios que tapaban el retablo y trascoro, colgado los cuadros y repuesto los enseres que se habían guardado durante los años que estuvo cerrada en otras iglesias. Los voluntarios han tenido además un papel importante en la limpieza y pintado del templo, intentando conservar la estética de la Iglesia cuando se cerró al culto hace casi 50 años.

Destacan de la Iglesia de Santa María la pila bautismal original y el retablo mayor, obra manierista de Andrés de Ocampo, que fue profundamente remodelado durante el siglo XVIII. De igual época son los dispuestos en las naves, uno de los cuales guarda una importante imagen de san Juan Evangelista vinculada a Juan de Mesa que ahora, gracias a un párroco entusiasta y unos voluntariosos vecinos, todos los estepeños y sus visitantes podrán disfrutar.

Licenciado en Periodismo. Actualmente en Sevilla Actualidad y La Voz de Alcalá. Antes en Localia TV y El Correo de Andalucía.