CCOO organizó ayer un debate con los cabeza de lista por Sevilla de las seis principales formaciones políticas del 20D. UPyD, que no estaba inicialmente incluido, acabó sumándose al resto.
Hubo propuestas. Y reproches. Como era de esperar. El teatro de la Plaza del Duque acogió el debate con los candidatos número uno de las principales formaciones políticas de cara a las Elecciones Generales de 20 de Diciembre. Antonio Pradas, del PSOE, Juan Ignacio Zoido, del PP, Miguel Ángel Bustamante, de Izquierda Unida, Sergio Pascual, de Podemos y Virginia Salmerón, de Ciudadanos. Era lo previsto, pero a última hora acabó instalándose una silla más para Manuel Vicente, candidato de UPyD.
Tras la bienvenida inicial del secretario general de CCOO en Sevilla, Alfonso Vidán, fueron los secretarios de Acción Sindical, Carlos Aristu, y de Juventud y Mujer, Sara de los Reyes, los que moderaron de forma ágil el debate.
El teatro estaba repleto, especialmente de sindicalistas, algo que denotaban los aplausos a intervenciones cercanas a las propuestas que la propia organización había hecho llegar a los candidatos previamente. Y precisamente estas cuestiones de temática laboral y económica, fundamentalmente, coparon los primeros turnos de intervención. Después eran cuestiones de los asistentes que, durante la primera parte del acto, habían ido escribiendo sus cuestiones a la organización.
Los problemas del campo, la industrialización, el modelo productivo o los derechos y libertades estuvieron presentes también entre los temas abordaron por los candidatos. El que más propuestas por minuto fue capaz de enumerar fue Miguel Ángel Bustamante. Tras él, Sergio Pascual y Antonio Pradas, enunciaron diversas medidas. Todas ellas regadas, eso sí, especialmente desde Podemos y Ciudadanos, por una dosis de guiños al descontento de la ciudadanía con PSOE y PP.
Por su parte, Virginia Salmerón a penas supo exponer algunas de las propuestas genéricas de la formación naranja. De hecho, fue la única candidata mujer, y la única también a la que el tiempo -dos minutos en la mayoría de intervenciones-, acabó sobrándole en más de una ocasión. Y eso que al otro lado del escenario, el candidato de UPyD –cuyas propuestas brillaron por su ausencia- que no dejaba de citarle el acuerdo con el PSOE que facilitó la investidura de Susana Díaz como presidenta de la Junta o la reciente aprobación de los presupuestos.
Mientras, Zoido sacó provecho de su experiencia como alcalde y de su talante conciliador. En empleo, su propuesta fue clara: si gana el PP creará 100.000 empleos en Sevilla y hasta llegar a los dos millones en España. Y es que Zoido trató de sacar pecho, cuando pudo, de las decisiones del PP en el gobierno estos años, buscando explicar que era “lo que había que hacer” para “arreglar” la situación heredada.
Antonio Pradas propuso por su parte la creación de 200.000 plazas de Formación Profesional, al tiempo que anunció su intención de convertir las embajadas para recibir, no sólo a políticos, “sino también a empresarios”. No pasó desapercibida su propuesta para modificar el artículo 135 de la Constitución Española. El mismo que su formación cambió junto al PP bajo el gobierno de Zapatero.
Pascual por su parte prometió acabar la legislatura con el Salario Mínimo Interprofesional (SMI) en los 900 euros, así como una Renta Mínima Garantizada. Eso sí, ni mención de la Renta Básica defendida por Podemos en anteriores convocatorias electorales.
El candidato de UPyD quien agradeció al inicio su inclusión en el debate, dedicó todas sus alocuciones con un tono más elevado, a lanzar mensajes genéricos sobre la razón de ser de su formación, enhebrándolos con ejemplos en la provincia, eso sí, prácticamente sin concretar en propuesta alguna más allá de la supresión de Diputaciones o el Senado.
El cabeza de lista de IU-UP quiso resumir sus propuestas en tres: “echar” a Rajoy, eliminar las reformas laborales del PSOE y el PP, y la derogación de la conocida popularmente como ‘Ley Mordaza’.
En resumen, el debate de ayer sirvió para comprobar cómo el bipartidismo expresó propuestas e intercambió reproches, algo a lo que también se sumó Podemos. Izquierda Unida, centrada en el auditorio, supo responder a las cuestiones que los sindicalistas le plantearon. No obstante, Bustamante es afiliado de CCOO. Ciudadanos si demostró algo fue lo inconsistente de sus medidas y dejó ver importantes lagunas no sólo en temas sectoriales, sino también en problemas reales de la provincia, mientras que UPyD sólo apeló a la indignación por el “mal uso” del dinero público como ‘leit motiv’ de su formación.
Un debate para iniciar una campaña en la que aún son muchos los que se preguntan si apostarán por lo conocido o por aquello que aún les queda por conocer. La respuesta, el 20D.