‘Coser es contar: puntadas con quejíoes el título de una exposición de Kimika, artista japonesa residente en Sevilla, que se inaugura el 18 de diciembre en el Museo de Arte Contemporáneo José María Moreo Glaván de La Puebla de Cazalla.  La muestra, abierta hasta el día 30 del mismo mes, explora las posibilidades discursivas de los cuerpos femeninos así como de los procedimientos textiles en una serie de obras «pintadas» con aguja e hilo.

Los trabajos que se mostrarán en la pinacoteca morisca son resultado de las experiencias que la artista ha vivido en los campamentos de refugiados del Sahara Occidental donde ha pasado temporadas con de las mujeres, luchadoras incansables para conseguir el referéndum de autodeterminación del pueblo saharaui y poder regresar a su tierra. 

Fue allí donde Kimika comenzó a realizar sus obras con los trozos de melhfas, una pieza de cuatro metros de tela con la que ellas envuelven su cuerpo y cabello para protegerse de las inclemencias del clima en el desierto, así como por motivos culturales, regalo de las mujeres saharauis. “Eran pedazos rasgados de las melhfas que visten y que la artista recibía agradecida en momentos de generosos intercambios de saberes, emociones, experiencias y amor. Retales de telas que contienen las memorias de quienes las han usado y que cuentan el relato de cada una de ellas así como el de la propia artista. Cada puntada una palabra, un quejío, una lucha”.

Desde el punto de vista formal, los trabajos están llenos de siluetas de mujeres saharauis que se han ido transformando con un carácter más figurativo a unas formas más abstractas que albergan otras dentro de ellas. Es decir, son siluetas de un cuerpo que contiene otro cuerpo, tal como si fueran matrioskas rusas. Los colores usados a veces por la autora de la exposición recuerdan al fuego y sus formas parecen vulvas,  creación que intenta activar el debate del cuerpo como espacio de producción ideológica.

Para esta exposición, Kimika ha creado unas obras en las que el baile y el cante son usados como herramientas de denuncia y de empoderamiento femenino. Junto a éstas, hay expuesta también una nueva pieza a partir de su encuentro con la obra de Maruja Mallo de la colección del museo. La exposición incluye un muestrario de los trozos de melhfas ordenados cromáticamente. Es para su autora «una obra que alude a la gran comunidad heterogénea de mujeres unidas por su activismo».

Kimika utiliza  la costura como una herramienta para transitar lo político, tanto individual como colectivamente. Y en estos trabajos presentados en La Puebla de Cazalla hay un espacio entre lo poético, lo real y lo simbólico. Son obras de gran capacidad narrativa que dialogan con el contexto en el que se muestran porque desde la reflexión, el baile y los afectos, Kimika no da puntadas sin hilo. Como ella misma dice «doy puntadas al compás y con profundo quejío».