Los padres de 23 niños reclaman la apertura de una nueva línea en el colegio Santo Domingo de Silos de Bormujos. Han protestado este miércoles a las puertas de la delegación provincial de Educación de la Junta.
Los padres de los 23 niños que han quedado sin plaza para el próximo curso escolar en el CEIP Santo Domingo de Silos de Bormujos, han protestado este miércoles ante la sede de la Delegación de Educación de la Junta de Andalucía. Reclaman la apertura de una nueva línea de Infantil de 3 años en el centro, ya que este se encuentra en estos momentos por debajo de su capacidad.
Los familiares de los menores no admiten como válida la decisión del comité de escolarización y de la delegación de Educación del ayuntamiento bormujero de trasladar a los escolares al CEIP Padre Manjón, por lo que anuncian que llevarán a cabo movilizaciones encaminadas a que se respeten los derechos de los niños. “No es tolerable que manden a nuestros hijos a aulas prefabricadas a kilómetro y medio de distancia, que tengan que atravesar a pie viales importantes, caminar media hora todos los días sujetos a las inclemencias del tiempo durante nueve años, habiendo aulas vacías en el colegio que hay frente a su casa”, aseguran.
Según las familias, los responsables educativos del municipio prefieren impedir el pleno desarrollo de los menores, desarraigarlos de su entorno, truncar la conciliación de la vida laboral y familiar de sus padres y someter a los niños a serios riesgos en los traslados diarios, en favor de “una posible futura masificación” del CEIP Santo Domingo de Silos. En definitiva, declaran, anteponen una “situación hipotética, que hoy por hoy no es real” al bien superior del menor, recogido en la Ley del Menor, la Convención sobre los Derechos del Niño, la Carta Europea de los Derechos del Niño y la propia Constitución.
Ante esta realidad que califican como “injusta” y que atenta gravemente contra los derechos de los menores, los padres están recogiendo firmas y han elaborado un calendario de movilizaciones con el objetivo de que las administraciones educativas reconsideren la decisión tomada y abran, como se ha hecho en años anteriores y “por sentido común”, una nueva línea en el colegio de referencia de los niños.